Viage al Parnaso | Page 3

Miguel de Cervantes Saavedra
el primero que
introduxo en el teatro las figuras morales con general aplauso: si bien
muchos años antes las vemos introducidas en la comedia de la Duquesa
de la Rosa impresa por Juan de Timoneda el año de 1560. por Alonso
de Vega, poeta y representante, como lo fue por aquellos tiempos Lope
de Rueda.
Por los años de 1598. compuso Lope de Vega una comedia intitulada:
Los Cautivos de Argel, cuyo argumento es el mismo que el del Trato de
Argel: y con efecto introduce en ella un cautivo llamado Saavedra, en
cuya introduccion tubo sin duda presente à Cervantes. A lo menos
supone sucedidos en el tiempo de su cautiverio los casos que refiere,
que casi son identicos con los que se leen en el Trato de Argel: como
son el martirio del Caballero de Montesa, las costumbres del Rey Azan,
la complicacion de los amores de amos y cautivos, que es lo que se
puede llamar la accion de la comedia. El desenlace es tambien casi
identico, y se reduce à que Azan concede libertad à los dos amantes
cautivos, que en Lope se llaman Leonardo y Marcela, con la misma
condicion, que vueltos à España adquieran el precio de su rescate, y se
lo remitan à Soliman su amo. Entre otras impropiedades, tampoco
guarda Lope la unidad de tiempo; porque suponiendo como se ha dicho,
los casos de su comedia sucedidos por los años de 1580. finge que
desde Argel se veian los fuegos del castillo de Denia, donde con varios
regocijos celebró D. Francisco de Sandoval y Roxas, Duque despues de

Lerma, el casamiento de Felipe III. con la Reyna Doña Margarita,
contraido el mencionado año de 1598. Esta conformidad de casos, de
escenas, y aun de expresiones con el Trato de Argel, que se hallan en
los Cautivos de Lope, prueba que éste tubo presente alguna copia de
aquella comedia, que disfrutó plenamente; aunque siempre se echa de
ver aquella facilidad, viveza y discrecion de Lope de Vega.
Pero volvamos à Cervantes. El qual pensando muchos años despues
que compuso el Trato de Argel, que todavia parecian bien sus versos,
compuso otras ocho comedias; y viendo que ni los farsantes se las
pedian, ni otros las apreciaban, se las vendió al librero Juan de
Villarroel, que las imprimió el año de 1615. Hallase entre ellas una
intitulada: Los Baños de Argel, que casi es idéntica, con la del Trato de
Argel. Conserva en ella principalmente la complicacion de amores de
amos y cautivos, aunque varía los nombres; porque estas aficiones
ilicitas y contrapuestas de amos y esclavos hicieron tal impresion en
Cervantes, que no solo las conserva en esta comedia renovada, sino que
las repite en la Novela del Amante Liberal. Introduce de nuevo el amor
de una hija de Agi Morato, moro rico de Argel, llamada Zara, que
enamorada de D. Lope, uno de los cautivos del Baño, se comunicaba
con él por medio de billetes que colgaba de una caña, con cuyo artificio
le proveyó tambien de dineros. El desenlace ò desenredo es igualmente
la libertad de los cautivos solicitada por el mismo D. Lope, que
viniendo rescatado à España, vuelve à Argel con una barca, donde trae
à todos los compañeros que caben en ella, y à Zara especialmente, con
quien recibido el bautismo, se casa: suceso que no solo dice Cervantes
fue verdadero, sino que le renovó en D. Quixote. Si en el Trato de
Argel se notan impropiedades, no menos se observan en los Baños de
Argel. Una de las mas extraordinarias de ésta es fingir que los moros
vieron una armada de mas de trescientas galeras, representada en las
nubes heridas por los rayos del sol, y oyeron los tiros, y vieron los
fuegos: y pensando los Genizaros que la enviaba Felipe II. para
conquistar aquella republica de piratas, se enfurecieron de tal modo,
que para tener menos enemigos, hirieron à mas de veinte cautivos, y
quitaron la vida à mas de treinta. Un erudito Anonimo reimprimió el
año de 1749. estas ocho comedias, acompañandolas con un dilatado
prologo en que intenta probar que las compuso su autor con el fin de

ridiculizar las de su tiempo, que tanto solian pecar contra las reglas del
arte; asi como escribió la Novela de D. Quixote con el de ridiculizar los
libros de caballerias. Ultimamente el célebre Abate D. Xavier
Lampillas pretende disculpar à Cervantes por un nuevo y singular
camino. Dice que estas ocho comedias no son suyas; _sino que la
malicia de los impresores publicó con su nombre y prologo aquellas
extravagantes comedias, correspondientes al pervertido gusto del vulgo,
suprimiendo las que verdaderamente eran de él, ò
transformandolas
en un todo_. Pero como los defectos de la del Trato de Argel, que
Cervantes reconoce por suya, y de la qual dice
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