el tiempo podemos sacar y conseguir de la conservacion del establecimiento del Rio Negro. Lo vasto y asombroso de ellas, �� la primera impresion, manifiesta un aspecto tan extra?o que se mirar�� con el mayor desprecio. No obstante nada me acobarda, porque el amor y espir��tu de patriotismo con que he mirado las justas, piadosas y ben��ficas intenciones del Rey, en la ejecucion de estos establecimientos, �� todo arrostra.
Voy �� satisfacer por la misma s��rie los particulars que llevo propuestos, con las razones y fundamentos que me asisten, sacados de la experiencia y conocimiento que he tomado de aquellos parages.
Los Ingleses nos han abierto los ojos sobre el inagotable tesoro que trae la pesca de la ballena; pues de tan remotas regiones, y �� tanto riesgo, se entregan �� la discrecion de los mares sin mas puertos, sin mas auxilios, ni mas refrescos que la inseguridad de los elementos, y lo que conducen sus embarcaciones. Con estos trabajos y peligros hacen sus pesquerias, y sacan grand��simas utilidades de nosotros mismos, por medio del aceite que nos venden para carenar nuestros navios: de modo que, siendo este comercio frutos de nuestros mares, somos peregrinos de ��l, y perdemos el dinero que nos cuesta, que debia quedar �� beneficio del Estado, y el que podiamos adquirir por los mismos medios de esta nacion y otras, cuyos intereses darian mucho aumento y gloria �� la nuestra.
No quiero referir repetidos hechos de las veces que hemos encontrado en estos mares �� los Ingleses ocupados en su pesqueria, porque basta la presa que se les hizo el dia 10 de Marzo del a?o anterior pr��ximo, de la fragata llamada el Mayo, sobre los 34 �� 35 grados sur, que con otras de la misma nacion estaban ocupadas en dicha faena, y las que reconocieron las fragatas Santa Sabina, y la Perpetua, en el viage que acababan de hacer �� Montevideo, conduciendo �� V. E. Voy solamente �� demostrar con cuan diferentes ventajas nos podemos aprovechar de estas utilidades por medio del establecimiento del Rio Negro.
La tentativa que acaba de hacer D. Francisco de Medina, vecino y del comercio de esta ciudad en el puerto de San Jos��, con la fragata llamada la Ventura, (y antes el Mayo cuando fu�� de los Ingleses) nos d�� un verdadero conocimiento de las proporciones que presenta aquel puerto. Sin salir de ��l, arponearon 50 ballenas en un mes. Es verdad que se malogr�� esta loable empresa por la mala calidad de los arpones, �� ineptitud de aquellos operarios.
Repitiendo iguales tentativas, reparadas las causas que la malograron, est�� todo vencido; y con los auxilios que le franquee el establecimiento del Rio Negro en la venta de sus frutos, se hace mas f��cil y menos gravosa al interesado esta pesqueria; y �� un mismo tiempo logra cuanto necesita para desde aquel puerto, sin tocar en el Rio de la Plata, hacer viage con su cargamento �� los de Espa?a. El establecimiento del Rio Negro se v�� sosteniendo y prosperando con la salida de sus frutos, y por medio de ellos puede hacerse esta pesca, sin el gasto de mantener otras embarcaciones que las menores que se necesitan para ella. Las otras que son de mayor costo y gastos, en ��l intermedio que se proporcionan sus cargamentos, pueden ocuparse en conducir sal del Puerto de San Jos��, �� Rio Negro �� la capital de Buenos Aires y Montevideo; y por unas mismas operaciones, como accesorio, logra de este ��til abasto la Provincia; su abundancia franquea comodidad para salar y beneficiar las carnes que se pierden en sus inmensas campa?as, introduciendo este nuevo comercio en Espa?a, Africa �� otros parages de Europa: pues solo con el mucho consumo de nuestras armadas y presidios tendr��n despacho, y se consigue evitar las extracciones de dinero que nos atrae la que compramos en el norte, quedando �� beneficio del reyno. Los interesados en la pesca de la ballena se aprovechar��n de lo que puede rendirles este primer g��nero. Los naturales de Buenos Aires y sus convecinas poblaciones en las matansas de ganado, para el acopio de corambre, tienen esta nueva utilidad al aumento de sus jornales. Los due?os podr��n sacar talvez por este medio libres los costos de ellas, y los del Rio Negro se ocupan en el trabajo de la saca y conduccion de sal al muelle, que es otro apoyo grande �� su subsistencia. Por estos medios ha de ir tomando incremento la poblacion, y talvez, viendo el fruto que se saca de estas nuevas plantaciones, se extiendan los espa?oles con sus pesquerias mas h��cia el sur, y nos descubran y faciliten algunos puertos con comodidad y proporcion para arribar los buques que navegan �� Lima, ya volviendo �� fomentar el establecimiento de San Julian, pues la experiencia ha manifestado puede subsistir de sus
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