las ideas de sucesion, de tiempo, de anterioridad, de identidad �� semejanza, todas muy distintas de la sensacion, y no solo distintas sino separables.
Dos sensaciones enteramente distintas pueden referirse �� un mismo tiempo en la memoria; el tiempo pues ser�� id��ntico y las sensaciones distintas. La sensacion puede existir sin recuerdo del tiempo en que antes existia, y hasta sin ningun recuerdo de que haya existido; luego la sensacion no envuelve la relacion del tiempo; luego estas son cosas distintas, muy diferentes; luego se enga?a Condillac, cuando quiere explicar la memoria de las sensaciones por sensaciones puras.
[14.] Las reflexiones anteriores arruinan enteramente el sistema de Condillac. O admite algo mas que sensaciones �� n��; si lo primero, peca contra su supuesto principal; si lo segundo, no le es posible explicar ninguna idea abstracta, ni aun la memoria sensitiva; se ver�� pues reducido �� admitir con Locke la reflexion sobre las sensaciones, y por la misma razon, otras facultades del alma.
[15.] Compr��ndese f��cilmente lo que han sostenido algunos fil��sofos de que todas nuestras ideas vienen de los sentidos, entendi��ndose que las sensaciones despiertan nuestra actividad interior, y ofrecen por decirlo as��, los materiales �� la inteligencia; pero no se comprende c��mo se ha podido dar por cosa cierta, clara, sumamente sencilla, que en nuestro esp��ritu no hay mas que esos materiales, las sensaciones. Basta fijar un momento la atencion sobre nuestro interior para descubrir muchos fen��menos distintos de la sensacion, y varias facultades que nada tienen que ver con la sensitiva. Si Condillac se hubiese limitado �� sostener que esas facultades para desenvolverse, han menester el sentir como una especie de excitacion, nada hubiera dicho que no fuera muy conforme �� la sana filosof��a; pero pretender que todo lo excitado, que todo lo desenvuelto, no es mas que el mismo principio excitante, y esto empe?arse en confirmarlo con la observacion, es contrariar abiertamente la observacion misma, es condenarse �� no poder dar un paso en la explicacion de la actividad intelectual, so pena de apartarse del supuesto en que se estriba. Sin embargo, el autor del _Tratado de las sensaciones_ parece estar muy satisfecho de su sistema: impresion actual, h�� aqu�� la sensacion; recuerdo de la sensacion, h�� aqu�� la idea intelectual: esto si no es s��lido es alucinador; con la apariencia de una observacion delicada, se detiene en la superficie de las cosas, y no fatiga al disc��pulo. Todo sale de la sensacion: pero es porque Condillac hace hablar �� la estatua, del modo que �� ��l le parece bien, sin atenerse �� la hip��tesis de la sensacion sola.
[16.] Este sistema, �� mas de su flaqueza filos��fica, es funesto �� las ideas morales. ?Qu�� es la moral, si no hay mas ideas que las sensaciones? ?Qu�� son los deberes, si todo se reduce �� necesidades sensibles, �� placer �� dolor? ?Qu�� es de Dios, qu�� es de todas las relaciones del hombre para con Dios?
CAP��TULO III.
DIFERENCIA ENTRE LAS IDEAS GEOM��TRICAS Y LAS REPRESENTACIONES SENSIBLES QUE LAS ACOMPA?AN.
[17.] Nuestras ideas intelectuales andan siempre acompa?adas de representaciones sensibles. Esto hace que al reflexionar sobre aquellas, las confundimos con estas. Digo al reflexionar sobre ellas, mas n�� al servirnos de ellas. Todos nos servimos muy bien de cada idea segun las circunstancias: el error est�� en el acto reflejo, n�� en el directo. Conviene no perder de vista esta ��ltima observacion.
[18.] Es poco menos que imposible que el ge��metra piense en el tri��ngulo, sin que divague por su imaginacion la semejanza del tri��ngulo, tal como le ha visto mil veces en las l��minas: y por este motivo, estar�� el ge��metra inclinado �� creer que la idea del tri��ngulo no es mas que aquella representacion sensible. Si as�� fuese, se verificaria en la idea del tri��ngulo lo que afirma Condillac, de que la idea no es mas que el recuerdo de la sensacion. En efecto, aquella representacion es la sensacion repetida; no hay entre las dos afecciones del alma mas diferencia, sino que la sensacion actual es causada por la presencia actual del objeto, y por tanto es mas fija y mas viva. En prueba de que la diferencia no es esencial, sino que solo est�� en el mas �� en el menos, se puede notar, que si la representacion imaginaria llega �� un grado muy alto de viveza, no la distinguimos de la sensacion, como les sucede �� los visionarios, y como todos lo experimentamos durante el sue?o.
[19.] No ser�� dif��cil demostrar cu��n diferentes son la idea del tri��ngulo y su representacion imaginaria, si se atiende �� los hechos siguientes.
1.o La idea del tri��ngulo es una: conviene �� todos los tri��ngulos de todos tama?os, y de todas especies. La representacion es m��ltipla, y var��a en tama?o y en forma.
2.o Mientras raciocinamos sobre las propiedades del tri��ngulo, estribamos sobre una idea fija, necesaria; la
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