Filosofia Fundamental, Volumen III | Page 3

Jaime Balmes
nadie ha dado jam��s �� estas palabras semejante significado.
[9.] La atencion es la aplicacion del ��nimo �� alguna cosa: y esta aplicacion supone el ejercicio de una actividad, concentrada sobre un objeto. Cuando el esp��ritu se halla enteramente pasivo, no atiende, hablando con propiedad; y respecto de las sensaciones, hay atencion, cuando por un acto reflejo conocemos que sentimos. Si no hay este conocimiento, no hay verdadera atencion, y s�� ��nicamente sensacion mas �� menos viva, segun el grado con que est�� afectada nuestra sensibilidad. Si �� las sensaciones muy vivas, se las quiere llamar atencion, el uso de la palabra ser�� impropio; cabalmente, los que sienten con mas viveza, suelen distinguirse por su falta de atencion. La sensacion es la afeccion de una facultad pasiva; la atencion es el ejercicio de una actividad; y as�� es que los brutos no participan de ella, sino en cuanto encierran un principio de actividad para dirigir �� un objeto determinado sus facultades sensitivas.
[10.] La percepcion de la diferencia de los olores de rosa y de clavel, ?es una sensacion? Si se me dice que n��, infiero que el juicio no es la sensacion trasformada; pues no es ni siquiera sensacion; si lo es, entonces observo que si es la del clavel, �� la de la rosa, se sigue que con una sola de estas sensaciones, tendr�� la percepcion comparativa, lo que es absurdo. Si se me dice que es las dos juntas, contesto que esto, �� no significa nada para la cuestion, �� expresa un absurdo. Porque, si al decir que es las dos sensaciones juntas, se quiere dar �� entender lo que significan las palabras en su rigor, tendremos una sensacion que ser�� al mismo tiempo la de clavel y la de rosa, permaneciendo aquella distinta de esta, por exigirlo as�� la comparacion. Pero si se quiere dar �� entender que las dos sensaciones existen juntas, nada adelantamos, pues esto lo d��bamos ya por supuesto; y la dificultad estaba en explicar c��mo la coexistencia producia la comparacion y el juicio, �� sea la percepcion de la diferencia.
La sensacion de clavel no es mas que sensacion de clavel, y la de rosa, de rosa. Desde el momento que se las compara, y se supone en el esp��ritu un acto por el cual percibe la diferencia, se le atribuye algo mas que la pura sensacion, se le a?ade una facultad distinta de la de sentir, esto es, la de comparar las sensaciones y apreciar sus semejanzas y diferencias.
[11.] Esa comparacion, esa fuerza intelectual que lleva los dos extremos �� un terreno comun, sin confundirlos; que ve el punto en que se tocan, y el en que se separan, que falla por decirlo as�� entre ellos, es distinto de la sensacion; es efecto de una actividad de otro ��rden: su desarrollo depender�� de las sensaciones como de una condicion sine qua non, como de causas excitantes; pero nada tiene que ver con las sensaciones mismas, es esencialmente distinta de ellas, no puede confundirse con ellas, sin destruir la idea de la comparacion, sin hacerla imposible.
No hay juicio posible, sin las ideas de identidad �� semejanza; y estas ideas no son sensaciones. Las sensaciones son hechos particulares que no salen de su esfera, que no se aplican de un caso �� otro; las ideas de identidad y semejanza envuelven algo de comun, que se aplica �� muchos.
[12.] ?Qu�� le suceder�� pues �� un ser limitado �� la facultad de experimentar varias sensaciones? Las tendr�� sin compararlas. Cuando sentir�� de un modo, no sentir�� de otro, la una sensacion no ser�� la otra, es cierto; pero el ser sensible no se dar�� cuenta de la variedad. Las unas sensaciones vendr��n en pos de las otras, sin ser comparadas entre s��. Aun suponiendo la memoria de ellas, esa memoria no ser�� mas que una repeticion de las mismas, con menos intensidad. Si se admite que el ser sensible las compara, y que percibe sus relaciones de identidad �� distincion, de semejanza �� diferencia; se admiten ya una serie de actos reflejos, que no son sensaciones.
[13.] Ni la memoria de las sensaciones propiamente dicha, puede explicarse por ellas solas; y en esto se equivoca tambien Condillac. La sensacion de olor de rosa que la estatua recibi�� ayer, puede recordarla hoy; pero este recuerdo puede ser de dos maneras: 1.o reproduci��ndose interiormente la sensacion sin ninguna causa externa, y sin ninguna relacion �� tiempo pasado, ni por consiguiente �� la existencia anterior de una sensacion semejante; entonces el recuerdo no es para la estatua un recuerdo propiamente dicho, solo es una sensacion mas �� menos viva; 2.o reproduci��ndose con relacion �� una existencia de la misma, �� otra semejante en un tiempo anterior, en lo que consiste esencialmente el recuerdo; y entonces ya hay algo mas que sensacion: hay
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