Diario historico de la rebelion y guerra de los pueblos Guaranis situados en la costa oriental del | Page 4

Tadeo Xavier Henis
guaranis y portuguesas, que se veia un trozo
de enemigos portugueses, que ya habian pasado el rio en algunas barcas
y canoas, y que en un bosque vecino habian construido dos grandes
galpones, y que tenian tambien muchos caballos y armas. Habiendo yo
sido llamado, marché al socorro de los estancieros de los circunvecinos
campos y de otros pueblos, y tambien para que se transfiriese á tiempo
à aquel parage el egército que habia salido de los pueblos contra los
invasores, y estar así apercibidos para resistir unánimemente á todos los
enemigos.
5. Tambien se esparció por entonces cierta voz, que así como alegró los
ànimos de los soldados, los encendió y levantó à esperanzas de
mayores cosas. Decia esta, que doce carros con alguna gente,
pertrechos y caballos, habian pasado el Rio Uruguay, en el paso que

llaman de las Gallinas, pero que por los confederados bàrbaros,
Charruas y Minuanes, parte habian sido heridos, parte dispersos y
muertos: que los animales habian sido retirados lejos y los carros
quemados. Parece que dicho rumorcillo no era del todo vano: porque,
volviendo un alcalde de Santo Angel de las tierras de sus estancias, lo
contaba así como lo habia oido á algunos de los confederados
vencedores, que acabàban de llegar.
6. Alegres y alentados con uno y otro aviso, se alistaron nuevos reclutas;
y despues de haberse fortalecido con el sacramento de la penitencia y
de la eucaristia, por espacio de tres ó cuatro dias, 200 del pueblo de
Santo Angel, (porque á estos amenazaba el peligro de mas cerca)
revolvian las antiguas memorias, de que pocos años antes por este
mismo camino, cierto portugues habia penetrado hasta su pueblo, à
quien, aunque los estancieros compatriotas conocian, ahora
sospechaban que fuese espia. Tambien salieron armados casi 200 de
cada uno de los otros pueblos, y hallaban 100 del pueblo de Santo
Tomè en el mismo sitio haciendo yerba, y 60 del de San Lorenzo juntos
en la misma faena, que con los estancieros vecinos componian un
ejèrcito de casi 1,200 hombres.
7. Mientras se preparaban á esta expedicion el domingo de
Septuagésima, (era muy de mañana) uno me habló en nombre del
capitan del ejército, y pidiò fuese con ellos por procurador y médico
espiritual. Me escusé de esta carga por las conocidas calumnias, que los
Portugueses y Españoles acostumbran forjar, como poco há me lo habia
enseñado la experiencia: empero, considerando que si acaso alguno del
ejército adolesciese en el camino de alguna grave enfermedad, ò se
postrase con alguna herida, habia de ir luego al punto á confesarlo, si
me llamasen, condescendí, por tener la cierta y suprema vicaria
potestad de Christo. Juzgaron los capitanes que tenian en sí dicha
autoridad, para que ninguna alma sea privada de los sacramentos, y
salvacion sin culpa proporcionada, y así disponian la expedicion,
limpiàndose de las manchas internas de los pecados.
8. Finalmente, habiendo salido de sus pueblos hácia los montes de los
yerbales, à tres dias de camino los mas cercanos, otros llegaron de

partes mas remotas: mas luego que oyeron que el rumor del enemigo
habia sido falso, habiendo enviado exploradores, corrieron estos toda la
tierra, y no habiendo hallado vestìgios algunos de enemigos, sino
solamente algunos fogoncillos, dejados de los bàrbaros, y habiendo
averiguado que el rumor sobredicho habia sido esparcido mañosamente
por los indios fugitivos de Santo Tomè que estaban haciendo yerba, se
restituyeron à sus propios pueblos: aunque es de advertir que despues
los mismos Portugueses confesaron que 200 Paulistas de los pueblos
circunvecinos se habian acercado: pero que vista de las copas de los
àrboles la multitud de los indios, se habian retirado.
9. La noticia de haber tomado aquellos doce carros y cañones no se
confirmaba, la mentira con el tiempo se iba olvidando, y ninguna
confirmacion venia de las estancias de San Luis.
10. El dia tres de Mayo por la noche llegó un correo que avisò, que los
soldados de San Luis y San Juan, habian acometido á los fuertes que
los Portugueses tenian ya hechos de estacas en el Rio Grande: pero que
les saliò mal su intento, porque habiendo los nuestros acometido al
amanecer del veinte y tres de Febrero el pago de los Portugueses que ya
estaba fortificado, estos huyeron al principio, pero habiendo despues
vuelto sobre los indios que estaban entretenidos en los despojos,
mataron á escopetazos à 14 Juanistas y á 12 Luisistas, y los obligaron à
huir, habiendo muerto tambien algunos de los Portugueses. Cuando se
retiraron los indios, volvieron à oir por otra parte los fusilazos, y
sospecharon que los lorenzistas estaban en accion. Se esperaba mas
estensa noticia de todo, pero despues se esparciò por los pueblos un
rumor lamentable.
11. Tambien por este tiempo se avisò que en los campos de Yapey se
veian 800 españoles,
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