a tan atrevida pregunta.
[Footnote 1: Note the position of the pronoun object, since the verb is first in the clause.]
[Footnote 2: 'As we ought to expect from a man of his talent.']
Matilde, hija de un padre, que, seg��n de la comedia resulta, no conoce sus inclinaciones ni su car��cter, ama a don Eduardo de Contreras, joven de talento, rico, y que ocupa un puesto distinguido en la sociedad; pero ignora estas circunstancias sin embargo de que entra en su casa con frecuencia. An��mase don Eduardo a pedir la mano de Matilde a don Pedro, quien gustos��simo se la concede, pero en el momento de convenir en tan deseado enlace, sabe la hero��na que don Eduardo no es pobre, nota que no hay en esta boda los obst��culos que en las de sus novelas ha le��do,[1] desama de pronto a quien tanto am�� y despide a don Eduardo. ��ste, que conoce de donde le viene el golpe,[2] propone al padre, aturdido de tal mudanza, una ingeniosa ficci��n que ha de llevar a cabo sus deseos. F��ngese desheredado de un t��o suyo, y desairado por don Pedro; aparenta la novelesca desesperaci��n de un amante despedido, y estos extraordinarios medios hacen renacer el acomodaticio cari?o de Matilde, que por lo visto s��lo ama en casos dados. El padre sigue haciendo del negado, y cuando vienen segunda vez entrambos a importunarle, se lleva la ni?a de un brazo y despide para siempre al amador. Con esto por fuerza ha de subir de punto la fren��tica pasi��n de Matilde: int��ntase una escapatoria, la cual se verifica sin maldita la oposici��n del padre, que est�� ��l mismo en el complot que se le arma, y cooperando a ella un pobre criado a quien no le vale su honradez[3]. El padre no ha querido o��rle por no verse comprometido a impedir el rapto, y le amenaza por una parte don Eduardo con tirarse un pistoletazo, y por otra Matilde con tragarse un veneno que posee, si no abre una reja, por donde se escapa nuestra deslumbrada, sin embargo de hallarse la puerta libre y desembarazada; y en atenci��n, seg��n dice ella misma, a ser de rigor[4] el salir en semejantes casos por la ventana.
[Footnote 1: In another criticism of this play Larra writes: 'y con no ver en este amor��o los terribles inconvenientes que en los de sus novelas est�� acostumbrada a encontrar....']
[Footnote 2: Eduardo is aware of Matilde's fondness for romantic fiction and realizes that her head has been turned.]
[Footnote 3: 'Whose honesty is of no avail' (since his master refuses to listen to him and his mistress overrules him).]
[Footnote 4: 'And all because leaving by the window is the thing to do,' etc.]
En el cuarto acto, que parece un acto de otra comedia, Matilde se halla el d��a de tornaboda en una miserable boardilla, pero en compa?��a de su constante esposo; no han comido la v��spera, no se han desayunado aquel d��a: medios, Dios los d��; dinero, por las nubes:[1] en una palabra, pobres de solemnidad y solemnes pobres; la infeliz Matilde tendr�� que levantar la cama; ... tendr�� que barrer, que jabonar, que pasar hambres, que estar sola, porque su marido habr�� de salir a buscar dinero. Matilde comienza ya a padecer los inconvenientes de su posici��n: hum��llala el casero, hum��llala una antigua compa?era de colegio, marquesa, que vive en la misma casa, y que dice que una cosa es casarse, y otra enamorarse; en lo cual no parece su se?or��a un si es no es verde y alegre de cascos: hum��llala, en fin, una vecinilla ordinaria entre cotorra y contrabandista:[2] llora Matilde y conoce su yerro. Vuelve entonces su esposo, y vienen impacientes pap�� y el criado honrado; desc��brese la ficci��n, y se van todos muy convencidos de que para quererse mucho es indispensable por lo menos haber comido algo; verdad indisputable de todos los tiempos y pa��ses, y que no bastar��n a echar por tierra todas las pasiones reunidas que pueden agitar a un m��sero mortal.
[Footnote 1: 'May God give them means (for they have none); money, up in the clouds, perhaps (for there's none in their pockets).']
[Footnote 2: A reference to the neighbor's incessant chatter and her smuggled laces.]
Ya puede inferir el lector qu�� de escenas c��micas ha tenido el autor a su disposici��n. El se?or Gorostiza no las ha desperdiciado: rasgos hemos visto en su linda comedia que Moliere no repugnar��a, escenas enteras que honrar��an a Morat��n. El car��cter del criado y las situaciones todas en que se encuentra son excelentes y pertenecen a la buena comedia:[1] del padre pudi��ramos decir lo que dice la marquesa de su marido; ni es feo, ni es bonito: es un hombre pasivo, es un instrumento no m��s del astuto don Eduardo. ��ste es un bello car��cter: la carta que escribe es del mayor
Continue reading on your phone by scaning this QR Code
Tip: The current page has been bookmarked automatically. If you wish to continue reading later, just open the
Dertz Homepage, and click on the 'continue reading' link at the bottom of the page.