Viage al Rio de La Plata y Paraguay | Page 6

Ulderico Schmidel
á la ciudad para entrarla,
otros arrojaban flechas de cañas encendidas sobre las casas, que cuyos
techos estaban cubiertas de paja, excepto la del General que era de
piedra, y lograron quemar enteramente toda la ciudad. Disparadas las
flechas, empiecen á encenderse por la punta, y encendidas y arrojadas,
no se apagan, antes queman las casas en que pegan, y abrasan lo que
tocan.
Tambien nos quemaron en esta funcion los indios cuatro navios
grandes, que estaban en el mar á media legua del puerto; y la gente de
ellos, viendo el gran tumulto de indios, se pasó á otros tres que no
estaban lejos, y se hallaban abastecidos de bombardas. Previniéronse á
la defensa, y viendo quemarse las cuatro naves, dispararon tantas balas
contra los indios que iban á quemarlos, que temiendo las violencias de
los tiros, se retiraron; dejando en quietud á los cristianos, de los cuales
murieron, en estos trances, un alferez y treinta mas. Esto sucedió el dia
de San Juan Evangelista, de 1535.

CAPITULO XII.
Hácese reseña de la gente, y se fabrican náos para pasar adelante.
Pasado lo referido, se metió toda la gente en las naves, y el Adelantado
D. Pedro de Mendoza nombró á Juan de Oyolas por Capitan general,
con el gobierno universal del pueblo. Pasó revista, y solo halló 560
españoles, de 2,500 que habian salido de España: los demas habian
muerto, y la mayor parte de hambre.
Mandó Oyolas fabricar prontamente ocho bergantines y algunos botes,
y dejando 160 españoles en guarda de los cuatro navios grandes, y por
su capitan á Juan Romero, con racion de un cuarteron de pan para un
año, y que si mas quisiesen, lo buscasen, se embarcó con 400 hombres.

CAPITULO XIII.

Como subieron navegando por el rio Paraná ó de la Plata, con los 400
soldados.
Llevó Juan de Oyolas con los 400 soldados al Adelantado D. Pedro de
Mendoza: navegó en los bergantines y las embarcaciones pequeñas por
el rio Paraná arriba, y á los dos meses, á distancia de 84 leguas, dimos
con pueblos de indios, que á cuatro leguas conocieron nuestra llegada:
llámanlos Timbúes, y nosotros Buena Esperanza. Vinieron de paz
cerca de 400, que habitan una isla, en canoas, que en cada una cabrán
16 indios, y nos recibieron muy bien. D. Pedro de Mendoza dió al
cacique que los indios llamaban Chera-guazú, una camisa, un bonete
colorado, una hoz y otras cosillas; que las tomó gustoso y nos llevó á su
pueblo, y nos dió caza y pesca en abundancia, de que recibimos grande
contento; porque si el viage hubiera durado diez dias mas, todos
hubiéramos perecido de hambre, como habia sucedido á 50 de los
embarcados. Estos indios Timbúes traen, en ambos lados de la nariz,
embutida una estrellita de piedra blanca y azul: son grandes y altos; las
indias, mozas y viejas, feísimas; las caras heridas y sangrientas, y
desnudas, excepto un paño de algodon que las cubre desde la cintura á
las rodillas. No tienen estos pueblos, ni han tenido jamas otra comida
que caza y pesca: serán 15,000 indios de guerra ó mas. Sus canoas son
de árboles de 80 pies de largo y tres de ancho, y las navegan con remos
(sin yerro), al modo de los pescadores de Alemania.

CAPITULO XIV.
Volviendo á España D. Pedro de Mendoza, muere en el viage.
Cuatro años estuvimos en aquel pueblo, pero nuestro Adelantado D.
Pedro de Mendoza[9], se hallaba tan enfermo que no podia mover pié
ni mano: por lo cual, así como por haber gastado mas de 40,000
ducados efectivos en esta jornada, se volvió á Buenos Aires en dos de
los cuatro bergantines, con 50 soldados, y desde allí á España: donde
no llegó, por haber muerto miserablemente á la mitad del camino; y en
su testamento mandó se enviase mas gente al Rio de la Plata, con
bastimentos, mercaderias y otras cosas necesarias, como lo habia

ofrecido antes de partir. Y habiendo llegado á España los dos
bergantines, enviaron los ministros del Rey dos barcadas de gente, con
lo demas que habian dispuesto.
[Nota 9: BARCO. Canto 4.]

CAPITULO XV.
Alonso Cabrera es enviado desde España al Rio de la Plata.
Iba por capitan de estos dos navios Alonso Cabrera,[10] que traia 200
españoles y bastimento para dos años. Llegó á Buenos Aires, donde
aun estaban los 100 hombres que dejamos el año de 1539. Pasó despues
á la isla de los Timbúes; dispuso con Juan de Oyolas despachase un
navio á España, segun la órden que traia del Consejo de Indias, con
relacion copiosa de la calidad de estas tierras y gentes, sus pueblos y
otras circunstancias. Púsose Juan de Oyolas de acuerdo con Alonso
Cabrera, Domingo Martinez de Irala y los demas capitanes, para pasar
muestra,
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