acierto el autor, pues en
esta, quita una tercera parte.]
CAPITULO III.
De la navegacion desde la Palma hácia las islas Verdes ó Hespérides,
que llaman tambien de Cabo Verde.
Dejó el capitan á D. Jorge en tierra con su muger, y reparado el navio
como se pudo, navegamos á la isla de Santiago, sugeta al Rey de
Portugal, á quien obedecen los negros: y dista de la Palma 200 leguas.
Allí estuvimos cinco dias, y proveimos nuevamente nuestro navio de
pan, carne, agua y otras vituallas, y cosas necesarias á los navegantes.
CAPITULO IV.
De la navegacion desde las islas Verdes hácia el Brasil.
Volviéronse á juntar los 14 navios de toda la armada, y empezó á
navegar; y al cabo de dos meses llegó á una isla despoblada de seis
leguas de ancho y largo, distante 500 leguas de Santiago,[2] en que
solamente habia pájaros, pero en tanta multitud, que los matabamos á
palos: estuvimos en ella tres dias. Hay en este mar peces que vuelan,
ballenas y otros que se llaman Schunbhut,[3] por un gran redondel que
tiene cerca de la cabeza, con que dañan mucho á los pescados con
quienes pelean: es pez grande, de mucha fuerza, y que fácilmente se
irrita. Tambien hay en este mar peces espadas, que tienen en el hocico
un hueso á modo de cuchillo; peces sierras, que le tienen á modo de
sierra, y otros de varios géneros muy grandes.
[Nota 2: Los indios llaman al puerto, Nhiteroy, y está en 23 grados. P.
Simon Vasconcelos, en la Noticia del Brasil, lib 2, núm. 6, fol. 39, y le
describe en la Historia de la Compañia de Jesus, de la misma provincia,
lib 3, núm. 65 y siguientes. Juan Estadio en la Historia del Brasil, lib. 1,
cap. 41, y lib. 2, cap. 1 (que está en Teodoro Bry, part. 3 de su América,
fol. y 101), dice que los indios le llaman Iteronne.]
[Nota 3: Es palabra alemana, que literalmente corresponde á pescado
con sombrero.--EL EDIT.]
CAPITULO V.
Del rio llamado Janero.
Llegamos despues á cierta isla llamada Rio Janero, donde los franceses
poblaron el año de 1555 (entonces y ahora, del Rey de Portugal). Dista
de la primera 200 leguas: llaman á sus indios Tupís. Aquí estuvimos 14
dias, y entonces nuestro General, D. Pedro de Mendoza, por estar
continuamente enfermo, encogido de nervios y muy débil, nombró por
su teniente á Juan Osorio,[4] su hermano. Pero, poco despues de haber
aceptado el cargo, fué acusado de rebelion contra Mendoza: por lo cual,
mandó á cuatro capitanes, que fueron; Juan de Oyolas, Juan Salazar,
Jorge Lujan y Lázaro Salazar, le matasen á puñaladas y le sacasen á la
plaza, para que todos le viesen muerto por traidor: y publicó bando con
pena de muerte, para que ninguno se alborotase por causa de Osorio,
porque le sucederia lo mismo que á él. En lo cual se procedió sin
motivo justo, porque Osorio era bueno, íntegro, fuerte soldado, oficioso,
liberal y muy querido de sus compañeros.
[Nota 4: BARCO, en su Argentina, canto 4.]
CAPITULO VI.
Del Rio de la Plata ó Paraná; el puerto de San Gabriel y los Charrúas.
De aquí partimos á buscar el Rio de la Plata[5], y llegamos á otro rio
dulce, que llaman Paraná-guazú: está lejos este de la boca en que cae al
mar, y tiene 42 leguas de ancho. Desde el Rio Janero á él hay 215
leguas. Aquí llegamos al puerto de San Gabriel: ancoraron los 14
navios en el rio Paraná, y porque estaban distantes un tiro de bala,
mandó el General D. Pedro de Mendoza, que saliésemos los soldados y
demas gente á tierra, en los botes prevenidos para este efecto. Así
llegamos felizmente al Rio de la Plata el año de 1535, y hallamos allí
un pueblo de indios de los que habia 2,000, llamados Charrúas, que no
tienen mas comida que pesca y caza, y andan todos desnudos. Las
mugeres solo traen un paño delgado de algodon, desde la cintura á las
rodillas. Todos huyeron al vernos, con sus mugeres y sus hijos; y
Mendoza mandó volviésemos á embarcarnos para pasar á la otra parte
del rio, que no tenia por allí mas anchura que ocho leguas.
[Nota 5: HERRERA en la descripcion de las Indias, cap. 21, fol. 46, y
Decada 6, lib. 7, cap. 5, fol. 152. BARCO, en la Argentina, canto....]
CAPITULO VII.
De la ciudad de Buenos Aires y de los indios Querandíes.
En este sitio hicimos una ciudad, á la que llamamos Buenos Aires,[6]
por lo saludables que eran los que allí corrian. Hallamos en esta tierra
otro pueblo de casi 3,000 indios llamados Querandíes, con sus mugeres
é hijos que andan como los Charrúas: nos trajeron carne y pescado.
Estos
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