Mire como tiene las
piernas, Dona Monchina.
DONA MONCHA
No la laves mas.
BENITA LA COSTURERA
iSi se ha ciscado toda! ?Quiere que vaya asi a la presencia de Dios? iY
que cuerpo blancoi iCuantas mozas quisieran este pecho de paloma!
DONA MONCHA
Dejala... Yo le vestire el habito.
_Seria y brusca, coge la mortaja y se acerca, apartando a Benita la
Costurera. Con un brazo quiere incorporar a la muerta, y aquellas
manos frias, cruzadas sobre el pecho, se desenredan torpes y caen flojas
a lo largo del cuerpo, en tanto que la cabeza ya rueda sobre los hombros,
ya se hunde en el pecho_.
BENITA LA COSTURERA
Yo le ayudare, Dona Monchina. Apartese.
DONA MONCHA
Corta la mortaja por detras. Es lo mejor.
BENITA LA COSTURERA
No sera preciso... Dejeme a mi. Apartese.
MONCHA
iAcabemos, que ya no puedo mas! iCortala!
BENITA LA COSTURERA
iY no es un dolor, Dona Monchina!
DONA MONCHA
Cortala, te digo. ?Donde tienes las tijeras?
BENITA LA COSTURERA
A su gusto. iLastima de tiempo y de puntadas!
_Benita la costurera obedece con un gesto compungido, y despues,
graves y silenciosas, las dos mujeres amortajan el cuerpo de Dona
Maria_.
[Ilustracion]
JORNADA PRIMERA
ESCENA SEXTA
_Una playa de pinares: En aquella vastedad desierta, el viento y el mar
juntan sus voces en un son oscuro y terrible. La barca, con el velamen
roto, ha dado de traves en los arrecifes de la orilla, y un marinero salta a
reconocer la tierra. El patron habla desde a bordo_.
EL PATRON
Este arenal pareceme que debe ser el arenal de Las Inas. Busca a ver si
descubres el Con del Frade.
EL MARINERO
Ni aun las manos alcanzo a verme. Los pinares se me figuran los
Pinares del Rey.
EL CABALLERO
Entonces nos hallamos entre Campelos y Ricoy.
EL MARINERO
Es una playa de arena gorda.
EL PATRON
Hasta que amanezca no senalaremos adonde arribamos.
EL MARINERO
Con tal noche, era sabido. Suerte que no naufragamos.
EL CABALLERO
Suerte para nosotros, que no diran lo mismo los delfines.
_Se oye a lo lejos una campana, una de esas campanas de aldea,
familiares como la voz de las abuelas. Tane con el toque del nublado_.
EL CABALLERO
Debemos hallarnos cerca de San Lorenzo de Andras. Conozco la
campana.
EL PATRON
iPues no hicimos poca deriva! Hasta que amanezca no podemos
navegar, y aun asi veremos... Habra que ir achicando agua toda la
travesia.
EL CABALLERO
Os ireis solos, porque a mi se me acaba la paciencia y no espero.
EL PATRON
Pues no hay mas vivo remedio, Senor Don Juan Manuel.
EL CABALLERO
Para vosotros, que yo me voy a pie desde aqui a Flavia-Longa.
EL PATRON
?Con esta noche?
EL CABALLERO
iQue me importa la noche!
EL PATRON
Son tres leguas, cerca de cuatro.
EL CABALLERO
Tres horas de camino.
EL PATRON
Tres horas si fuera dia claro, pero con tanta oscuridad....
EL CABALLERO
Yo veo de noche como los lobos, y con tal que la avenida no se haya
llevado ninguna puente....
_Salta a tierra el Caballero. En las rafagas del viento llega la voz de la
campana, informe y deshecha por la distancia. Don Juan Manuel
procura orientarse, y guiado por aquel son, se aleja hacia los pinares
donde se queja el viento con un largo ulular_.
EL CABALLERO
Dios me ordena que me arrepienta de mis pecados... iToda una vida!
iToda una vida!... iQue lejos suena la campana, apenas se la distingue!
He sido siempre un hereje. iEl mejor amigo del Demonio!... Me habre
equivocado y no sera la campana de Andras. A estas horas habra
muerto aquella santa.... En el cielo la pobre abogara por mi ... iPor mi,
que fui su verdugo! ... Sin embargo, la queria y si vuelvo los ojos al
pasado no encuentro en mi vida otro pecado que haber hecho una
martir de mi pobre mujer ... Debi haberla ocultado que tenia otras
mujeres. Pero yo no se enganar, yo no se mentir.... iCuantos pecados!
iMi alma esta negra de ellos!.... La religion es seca como una vieja ...
iComo las canillas de una vieja! ... Tiene cara de beata y cuerpo de
galga ... Como el hombre necesita muchas mujeres y le dan una sola,
tiene que buscarlas fuera. Si a mi me hubieran dado diez mujeres,
habria sido como un patriarca ... Las habria querido a todas, y a los
hijos de ellas y a los hijos de mis hijos.... Sin eso, mi vida aparece
como un gran pecado. Tengo hijos en todas estas aldeas, a quienes no
he podido dar mi nombre ... iYo mismo no puedo contarlos!.... Y los
otros bandidos, temerosos de verse sin herencia por mi amor a los
bastardos, han tratado de robarme, de matarme ... Pero yo tengo siete
vidas. iTodo lo
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