Proyecto de traslacion de las fronteras de Buenos Aires al Rio Negro y Colorado | Page 2

Sebastian Undiano y Gastelu
cual he corrido muchas veces. Síguese por el ancho el lado del oeste, que se extiende desde los 32 grados 56 minutos de latitud sud, en que está Mendoza, hasta los 39 grados escasos, en que el piloto D. Basilio Villarino colocó la confluencia del Negro con el Diamante. Este lado lo forma este último rio, que corre desde la jurisdiccion de Mendoza, y el camino que desde aquella ciudad se dirige hasta la union del Diamante con el actual, el cual tambien he reconocido en dos expediciones hechas por aquel lado contra los indios del sud; habiéndonos internado en la del a?o 84, hasta los toldos de los Manantiales, no muy lejos de la junta del Diamante con el Negro. El tercer lado, que por su extension debe seguirse á los dos precedentes, es el del este, que lo compone la costa de Patagones, desde el Rio de la Plata hasta la desembocadura del Negro, y que han recorrido muchos por mar, y aun atravesado por tierra.
El 4.o último y menor lado, es el del sud, que forma la caja del rio Negro, desde su confluencia con el Diamante hasta el Océano. Este lo anduvo Villarino: resultando de aquí, que estan vistos los cuatro ángulos y los cuatro lados de tan extendido trapecio, que comprende no menos que diez y siete mil leguas de superficie. No puede dudarse de la optima cualidad de todos los terrenos que encierran aquellas dilatadas extremidades, que han sido casi todas atravesadas y recorridas, ya desde Buenos Aires y Santa-Fé, ya desde Córdoba, San Luis y Mendoza, en las varias expediciones hechas, desde sus respectivas fronteras, contra los indios pampas cuando las invadian: y se ha visto que se componen de unas muy pastosas y grandísimas planicies, llamadas pampas, interrumpidas de lomas y ca?adas, y de medianas y frondosas serranias, con muchos bosques de buenas maderas á trechos, en especial hácia el oeste, entre los meridianos de Córdoba y Mendoza. Ellos estan situados entre el 4.o y 6.o clima, en el mejor de la zona templada meridional, y por su situacion geográfica, deben ser los parages que no se han visitado de la misma ventajosa cualidad que los ya vistos ó acaso mejores, mayormente no habiendo cordilleras que alteren su benigno temperamento. Podrá decirse que tan grande país tiene pocos rios: es verdad que no tiene mas que el Negro, Colorado, Diamante, Tunuyan ó Bebedero, y otros mas peque?os, que caen luego á la costa, ó al de la Plata, y todos distantes del centro; pero lo que importa es, que se pueblen las riberas del Negro y del Diamante, fijándose en ellos y no en otra frontera, que no tardaria muchos a?os en irse poblando todo lo demas, sin que quedase nada yermo. ?No tenemos pobladas de muchos y grandes pueblos las secas llanuras de la Mancha? Pues ?por qué no estas, mucho mas frescas que aquellas? ?Estas, donde el agua se halla tan cerca, que nadie dudó encontrarla de cuantos se han establecido y establecen, sin mas agua que la de sus pozos de balde, en estas fronteras de Buenos Aires y en las de Santa Fé y Córdoba? La sierra de la Ventana, la del Volcan, las ca?adas que siguen, llenas de manantiales, desde donde se pierde el Rio Quinto hasta las cabeceras del rio Colorado:--los parages de las Vívoras, Mamilmapu, y otros muchos, donde los indios hallan el agua sin mas trabajo que el de cavar unos peque?os pozos con sus cuchillos ó machetes:--las muchas y grandes lagunas que hay repartidas por todas esas pampas, inducen á creer muy prudentemente que en todo el país, contenido entre los linderos expresados, no hay lugar alguno que no pueda habitar el hombre. ?Qué no debe esperarse, pues, de una tierra como esta, si aprovechándose de sus inmensas llanuras de las aguas de los caudalosos rios Atuel y Diamante, y de la elevacion de su orígen, se acudiese á la hidrometria, y se cruzase todo él de canales de riego y de navegacion? ?Y qué, si reduciéndose á cajas mas estrechas y sólidas las aguas de los rios Tunuyan, rio Quinto y Cuarto, se dirigiesen al sud con el mismo objeto? Ni se diga que estos dos últimos son de poco caudal, porque mucho mas pobre es el Manzanares, y en él se vé de cuanto es capaz el hombre, cuando sabe usar de este elemento con acierto.
Poblaríase, pues, este país, comenzando por la traslacion de los fuertes de esta frontera de Buenos Aires á la orilla izquierda ó septentrional del rio Negro: ellos son seis, y seis los fortines, y con el que ya hay en la desembocadura de aquel rio Colorado, en sitios convenientes, serian suficientes á cubrir la distancia que hay desde ella hasta la junta del Diamante: teniendo el
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