Novelas Cortas | Page 6

Pedro Antonio de Alarcón
de otro modo, Mazzepa,[16-1] el h��roe de Byron, cont�� una noche a Carlos XII,[16-2] debajo de otro ��rbol, la terrible historia 05 de sus lecciones de equitaci��n.
Oigamos a D. Basilio.

II
Hace diez y siete a?os que ard��a en Espa?a la guerra civil.
Carlos e Isabel[16-3] se disputaban la corona, y los espa?oles, divididos en dos bandos, derramaban su sangre en lucha fratricida.
10 Ten��a yo un amigo, llamado Ram��n G��mez, teniente de cazadores de mi mismo batall��n, el hombre m��s cabal que he conocido....--Nos hab��amos educado juntos; juntos salimos del colegio; juntos peleamos mil veces, y juntos dese��bamos morir por la libertad....--?Oh! ?Estoy por decir[16-4] 15 que ��l era m��s liberal que yo y que todo el ej��rcito!...
Pero he aqu�� que cierta injusticia cometida por nuestro Jefe en da?o de Ram��n; uno de esos abusos de autoridad que disgustan de la m��s honrosa carrera; una arbitrariedad, en fin, hizo desear al Teniente de cazadores abandonar las filas de sus hermanos, al amigo dejar al amigo, al liberal pasarse a la facci��n, 20 al subordinado matar a su Teniente Coronel....--?Buenos humos ten��a[16-5] Ram��n para aguantar insultos e injusticias ni al lucero[16-6] del alba!
Ni mis amenazas, ni mis ruegos, bastaron a disuadirle de su 25 prop��sito. ?Era cosa resuelta! ?Cambiar��a el morri��n[16-7] por la boina,[16-8] odiando como odiaba mortalmente a los facciosos!
A la saz��n nos hall��bamos en el Principado,[16-9] a tres leguas del enemigo.
Era la noche en que Ram��n deb��a desertar, noche lluviosa 30 y fr��a, melanc��lica y triste, v��spera de una batalla.
A eso de las doce entr�� Ram��n en mi alojamiento.
Yo dorm��a. (p17) --Basilio....--murmur�� a mi o��do.
--?Qui��n es?
--Soy yo.--?Adi��s!
--?Te vas ya?
05 --S��; adi��s.
Y me cogi�� una mano.
--Oye... (continu��); si ma?ana hay, como se cree, una batalla, y nos encontramos en ella....
--Ya lo s��: somos amigos.
10 --Bien; nos damos un abrazo, y nos batimos en seguida.
--?Yo morir�� ma?ana regularmente,[17-1] pues pienso atropellar por todo hasta que mate al Teniente Coronel!--En cuanto a ti, Basilio, no te expongas....[17-2]--La gloria es humo.
--?Y la vida?
15 --Dices bien: hazte comandante.... (exclam�� Ram��n.) La paga no es humo..., sino despu��s que uno se la ha[17-3] fumado....--?Ay! ?Todo eso acab�� para m��!
--?Qu�� tristes ideas! (dije yo no sin susto.)--Ma?ana sobreviviremos los dos a la batalla.
20 --Pues emplac��monos para despu��s de ella....
--?D��nde?
--En la ermita de San Nicol��s, a la una de la noche.--El que no asista,[17-4] ser�� porque haya muerto.--?Quedamos conformes?
25 --Conformes.
--Entonces.... ?Adi��s!...
--Adi��s.
As�� dijimos; y despu��s de abrazarnos tiernamente, Ram��n desapareci�� en las sombras nocturnas.

III
30 Como esper��bamos, los facciosos nos atacaron al siguiente d��a.
La acci��n fu�� muy sangrienta, y dur�� desde las tres de la tarde hasta el anochecer. (p18) A cosa de las cinco, mi batall��n fu�� rudamente acometido por una fuerza de alaveses[18-1] que mandaba Ram��n....
?Ram��n llevaba ya las insignias de Comandante y la boina blanca de carlista[18-2]!...
05 Yo mand�� hacer fuego contra Ram��n, y Ram��n contra m��: es decir, que su gente y mi batall��n lucharon cuerpo a cuerpo.
Nosotros quedamos vencedores, y Ram��n tuvo que huir con los muy mermados restos de sus alaveses; pero no sin que antes 10 hubiera dado muerte por s�� mismo, de un pistoletazo,[18-3] al que la v��spera era su Teniente Coronel; el cual en vano procur�� defenderse de aquella furia....
A las seis la acci��n se nos volvi�� desfavorable, y parte de mi pobre compa?��a y yo fuimos cortados y obligados a rendirnos....
15 Conduj��ronme, pues, prisionero a la peque?a villa de..., ocupada por los carlistas desde los comienzos de aquella campa?a, y donde era de suponer[18-4] que me fusilar��an inmediatamente....
La guerra era entonces sin cuartel.

IV
20 Son�� la una de la noche de tan aciago d��a: ?la hora de mi cita con Ram��n!
Yo estaba encerrado en un calabozo de la c��rcel p��blica de dicho pueblo.
Pregunt�� por mi amigo, y me contestaron:
25 --?Es un valiente! Ha matado a un Teniente Coronel. Pero habr�� perecido[18-5] en la ��ltima hora de la acci��n....
--?C��mo! ?Por qu�� lo dec��s?
--Porque no ha vuelto del campo, ni la gente que ha estado hoy a sus ��rdenes da raz��n[18-6] de ��l....
30 ?Ah! ?Cu��nto sufr�� aquella noche!
Una esperanza me quedaba.... Que Ram��n me estuviese (p19) aguardando en la ermita de San Nicol��s, y que por este motivo no hubiese vuelto al campamento faccioso.
--?Cu��l ser�� su pena al ver que no asisto a la cita! (pensaba yo.)--?Me creer�� muerto!--?Y, por ventura, tan lejos 05 estoy de mi ��ltima hora? ?Los facciosos fusilan ahora siempre a los prisioneros; ni m��s ni menos que nosotros!...
As�� amaneci�� el d��a siguiente.
Un Capell��n entr�� en mi prisi��n.
Todos mis compa?eros dorm��an.
10 --?La muerte!--exclam�� al ver al Sacerdote.
--S��--respondi�� ��ste con dulzura.
--?Ya!
--No: dentro de tres horas.
Un minuto despu��s hab��an despertado[19-1] mis compa?eros.
15 Mil gritos, mil sollozos, mil blasfemias llenaron los ��mbitos de la prisi��n.

V
Todo hombre que va a morir suele aferrarse a una idea cualquiera y no abandonarla m��s.
Pesadilla, fiebre o locura, esto me sucedi�� a m��.--La idea 20 de Ram��n; de Ram��n
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