vive, y aqu�� entra lo m��s negro de la presente historia.
II
Pasaron ocho d��as sin que el capit��n volviese a verme. Seg��n pude entender, no hab��a parecido por all�� desde la tarde que le hice la buenaventura; cosa que nada ten��a de raro, a lo que me 30 cont��[5-12] uno de mis guardianes.
--Sepa V. (me dijo) que el Jefe se va al infierno[5-13] de vez en (p6) cuando, y no vuelve hasta que se le antoja.--Ello es[6-1] que nosotros no sabemos nada de lo que hace durante sus largas ausencias.
A todo esto, a fuerza de ruegos, y como pago de haber dicho 05 ser��an ahorcados y que llevar��an[6-2] una vejez muy tranquila, hab��a yo conseguido que por las tardes me sacasen de la cueva y me atasen a un ��rbol, pues en mi encierro me ahogaba de calor.
Pero excuso decir que nunca faltaban a mi lado un par de 10 centinelas.
Una tarde, a eso de las seis, los ladrones que hab��an salido de _servicio_[6-3] aquel d��a a las ��rdenes del _segundo de parr��n_, regresaron al campamento, llevando consigo, maniatado como pintan a nuestro Padre Jes��s Nazareno, a un pobre segador de 15 cuarenta a cincuenta a?os, cuyas lamentaciones part��an el alma.
--?Dadme mis veinte duros! (dec��a.) ?Ah! ?Si supierais con qu�� afanes los he ganado! ?Todo un verano segando bajo el fuego del sol!... ?Todo un verano lejos de mi pueblo, de mi mujer y de mis hijos![6-4]--?As�� he reunido, con mil sudores y 20 privaciones, esa suma, con que podr��amos vivir este invierno!... ?Y cuando ya voy de vuelta,[6-5] deseando abrazarlos y pagar las deudas que para comer hayan hecho aquellos infelices, ?c��mo he de perder[6-6] ese dinero, que es para m�� un tesoro? --?Piedad, se?ores! ?Dadme mis veinte duros! ?D��dmelos, por 25 los dolores de Mar��a Sant��sima!
Una carcajada de burla contest�� a las quejas del pobre padre.
Yo temblaba de horror en el ��rbol a que estaba atado; porque los gitanos tambi��n tenemos familia.
--No seas[6-7] loco.... (exclam�� al fin un bandido, dirigi��ndose 30 al segador.)--Haces mal en pensar en tu dinero, cuando tienes cuidados mayores en que ocuparte....
--?C��mo!--dijo el segador, sin comprender que hubiese desgracia m��s grande que dejar sin pan a sus hijos.
--?Est��s en poder de _Parr��n_! (p7)
--_Parr��n_.... ?No le conozco!... Nunca lo he o��do nombrar.... ?Vengo de muy lejos! Yo soy de Alicante,[7-1] y he estado segando en Sevilla.[7-2]
--Pues, amigo m��o, _Parr��n_ quiere decir la muerte. Todo 05 el que cae en nuestro poder es preciso que muera. As��, pues, haz testamento en dos minutos y encomienda el alma en otros dos.--?Preparen![7-3] ?Apunten!--Tienes cuatro minutos.
--Voy a aprovecharlos.... ?O��dme, por compasi��n!...
10 --Habla.
--Tengo seis hijos[7-4]... y una infeliz...--dir�� viuda..., pues veo que voy a morir....--Leo en vuestros ojos que sois peores que fieras.... ?S��, peores! Porque las fieras de una misma especie no se devoran unas a otras.--?Ah! ?Perd��n!... 15 No s�� lo que me digo.[7-5]--?Caballeros, alguno de ustedes[7-6] ser�� padre!... ?No hay un padre entre vosotros? ?Sab��is lo que son seis ni?os pasando un invierno sin pan? ?Sab��is lo que es una madre que ve morir a los hijos de sus entra?as, diciendo: ?Tengo hambre..., tengo fr��o??--Se?ores, ?yo no 20 quiero mi vida sino por ellos! ?Qu�� es para m�� la vida? ?Una cadena de trabajos y privaciones!--?Pero debo vivir para mis hijos!... ?Hijos m��os![7-7] ?Hijos de mi alma!
Y el padre se arrastraba por el suelo, y levantaba hacia los ladrones una cara.... ?Qu�� cara!... ?Se parec��a a la de 25 los santos que el rey Ner��n[7-8] echaba a los tigres, seg��n dicen los padres predicadores....
Los bandidos sintieron moverse algo dentro de su pecho, pues se miraron unos a otros...; y viendo que todos estaban pensando la misma cosa, uno de ellos se atrevi�� a decirla....
30 --?Qu�� dijo?--pregunt�� el Capit��n general, profundamente afectado por aquel relato.
--Dijo: ?Caballeros, lo que vamos a hacer no lo sabr�� nunca _Parr��n_....?
--Nunca..., nunca...--tartamudearon los bandidos. (p8)
--M��rchese V., buen hombre....--exclam�� entonces uno que hasta lloraba.
Yo hice tambi��n se?as al segador de que se fuese al instante.
El infeliz se levant�� lentamente.
05 --Pronto.... ?M��rchese V.!--repitieron todos volvi��ndole la espalda.
El segador alarg�� la mano maquinalmente.
--?Te parece poco? (grit�� uno.)--?Pues no quiere su 10 dinero![8-1]--Vaya..., vaya.... ?No nos tiente V. la paciencia! El pobre padre se alej�� llorando, y a poco desapareci��.
Media hora hab��a transcurrido, empleada por los ladrones en jurarse unos a otros no decir nunca a su capit��n que hab��an perdonado la vida a un hombre, cuando de pronto apareci�� _Parr��n_, trayendo al segador en la grupa de su yegua.
15 Los bandidos retrocedieron espantados.
_Parr��n_ se ape�� muy despacio, descolg�� su escopeta de dos ca?ones, y, apuntando a sus camaradas, dijo:
--?Imb��ciles! ?Infames! ?No s�� c��mo[8-2] no os mato a todos!--?Pronto! ?Entregad a este hombre los duros que 20 le hab��is robado![8-3]
Los ladrones sacaron los veinte duros y se los[8-4] dieron al segador, el cual se arroj�� a los pies
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