que fon pequeños, los trae alli, hafta que faben bufcar de comer;
i fi acafo eftàn fuera bufcando de comer, i acude Gente, la madre no
huie hafta que los ha recogido en fu bolfa. Por alli la Tierra es mui fria;
tiene mui buenos paftos para ganados: ai Aves de muchas maneras:
Anfares en gran cantidad; Patos, Anades, Patos Reales, Dorales, i
Garçotas, i Garças, Perdices: vimos muchos Halcones, Neblìs,
Gavilanes, Efmerejones, i otras muchas Aves. Dos horas defpues que
llegamos à Apalache, los Indios, que de alli havian huìdo, vinieron à
nofotros de Paz, pidiendonos à fus Mugeres, i Hijos, i nofotros fe los
dimos; falvo, que el Governador detuvo vn Cacique de ellos configo,
que fue caufa por donde ellos fueron efcandaliçados; i luego otro dia
bolvieron de Guerra: i con tanto denuedo, i prefieça nos acometieron,
que llegaron à nos poner fuego à las Cafas en que eftabamos; mas como
falimos, huieron, i acogieronfe à las Lagunas, que tenian mui cerca; i
por efto, i por los grandes Maìçales, que havia, no les podimos hacer
daño, falvo à vno que matamos. Otro dia figuiente, otros Indios de otro
Pueblo, que eftaba de la otra parte, vinieron à nofotros, i
acometieronnos de la mifma arte que los primeros: i de la mifma
manera fe efcaparon, i tambien murió vno de ellos. Eftuvimos en efte
Pueblo veinte i cinco dias, en que hecimos tres entradas por la Tierra, i
hallárnosla mui pobre de Gente, i mui mala de andar, por los malos
pafos, i Montes, i Lagunas, que tenia. Preguntamos al Cacique, que les
haviamos detenido, i à los otros Indios, que traìamos con nofotros, que
eran Vecinos, i Enemigos de ellos, por la manera, i poblacion de la
Tierra, i la calidad de la Gente, i por los Baftimentos, i todas las otras
cofas de ella? Refpondieron nos cada vno por sì, que el maior Pueblo
de toda aquella Tierra era aquel Apalache, i que adelante havia menos
Gente, i mui mas pobre que ellos, i que la Tierra era mal poblada, i los
Moradores de ella mui repartidos; i que iendo adelante, havia grandes
Lagunas, i efpefura de Montes, i grandes Defiertos, i Defpoblados.
Preguntamosles luego por la Tierra, que eftaba àcia el Sur, què Pueblos,
i Mantenimientos, tenia? Dixeron, que por aquella via, iendo à la Mar
nueve jornadas, havia vn Pueblo, que llamaban Aute, i los Indios de èl
tenian mucho Maìz, i que tenian Frifoles, i Calabaças, i que por eftàr
tan cerca de la Mar, alcançaban Pefcados, i que eftos eran Amigos fuios.
Nofotros, vifta la pobreça dé la Tierra, i las malas nuevas, que de la
Poblacion, i de todo lo detrás nos daban, i como los Indios nos hacian
continua Guerra, hiriendonos la Gente, i los Caballos, en los lugares
donde ibamos à tomar Agua, i efto defde las Lagunas, i tan à fu falvo,
que no los podiamos ofender, porque metidos en ellas, nos flechaban, i
mataron vn Señor de Tefcuco, que fe llamaba D. Pedro, que el
Comifario llevaba configo, acordamos de partir de alli, i ir à bufcar la
Mar, i aquel Pueblo de Aute, que nos havian dicho; i afi nos partimos, à
cabo de veinte i cinco dias, que alli havianos llegado. El primero dia
pafamos aquellas Lagunas, i palos, fin vèr Indio ninguno: mas al
fegundo dia llegamos à vna Laguna de mui mal pafo, porque daba el
Agua à los pechos, i havia en ella muchos Arboles caìdos. Yà que
eftabamos en medio de ella, nos acometieron muchos Indios, que
eftaban abfcondidos detràs de los Arboles, porque no los viefemos;
otros eftaban fobre los caìdos, i començaron nos à flechar, de manera,
que nos hirieron muchos Hombres, i Caballos, i nos tomaron la Guia
que llevabamos antes, que de la Laguna faliefemos; i defpues de falidos
de ella, nos tornaron à feguir, queriendonos eftorvar el pafo, de manera,
que no nos aprovechaba falirnos à fuera, ni hacernos mas fuertes, i
querer pelear con ellos, que fe metian luego en la Laguna, i defde alli
nos herian la Gente, i Caballos. Vifto efto, el Governador mandò à los
de Caballo, que fe apeafen, i les acometiefen à pie. El Contador fe apeò
con ellos, i afi los acometieron, i todos entraron à bueltas en vna
Laguna, i afi les ganamos el pafo. En efta rebuelta huvo algunos de los
nueftros heridos, que no les valieron buenas Armas, que llevaban; i
huvo hombres efte dia, que juraron que havian vifto dos Robles, cada
vno de ellos tan gruefo como la pierna, por baxo, pafados de parte à
parte de las Flechas de los Indios; i efto no es tanto de maravillar, vifta
la fuerça, i maña con que las echan; porque Yo mifmo vì vna Flecha
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