La Navidad en las Montanas | Page 9

Ignacio Manuel Altamirano
ma?ana. Tenemos manzanas, perales, cerezos, albaricoqueros, casta?os, nogales y almendros, y eso en casi todas las casas: algunos vecinos han plantado peque?os vi?edos, y yo estoy ensayando ahora una plantaci��n de moreras y de madro?os, para saber si podr�� establecerse el cultivo de los gusanos de seda. En fin, se ha hecho lo posible; y no contento yo con realizar mis propias ideas, pregunto a las personas sensatas, y escucho sus opiniones con gusto y respeto. Vd. se servir�� darme la suya despu��s de visitar mi pueblo.
--Con mucho gusto, se?or, a pesar de mi ignorancia suma. Mi buen sentido y mi experiencia por mis viajes son lo ��nico que puede permitirme hacer a Vd. algunas indicaciones. ?Y en cuanto a ganados?
--Estos monta?eses los pose��an en peque?a cantidad, y en su mayor parte vacuno. Ahora se consagran con m��s empe?o al ganado menor. Se han tra��do algunos merinos; se han propagado f��cilmente, y ya existen reba?os bastante numerosos, que se aumentan cada d��a en raz��n de que no se consumen para el alimento diario.
--?No gusta aqu�� esa carne?
--Poco: dir�� a Vd. francamente, soy yo quien no gusto de comer carne; y como mis pobres feligreses se han acostumbrado por simpat��a a amoldarse a mis gustos, ellos tambi��n van quit��ndose la costumbre, sin que por eso les diga yo sobre ello una sola palabra. Por eso ver�� Vd. tambi��n en el pueblo relativamente pocas aves de corral. Pongo yo poco empe?o en la propagaci��n de esas desgraciadas v��ctimas del apetito humano. En general, yo prefiero la agricultura, y s��lo cuido con esmero a los animales que ayudan al hombre en los rudos y santos trabajos del campo. As��, los bueyes que hay en el pueblo son quiz��s los m��s robustos y los mejores del rumbo, porque son tambi��n los mejor cuidados. Los mulos y los caballos son ligeros y robustos, como conviene a un pa��s monta?oso; aunque a decir verdad, hay m��s de los primeros que de los segundos, porque sirven aqu��llos para cargar las mieses que se conducen por nuestros escabrosos caminos; pero ��stos no son ��tiles m��s que para algunos enfermos como yo, o para las mujeres, pues los habitantes prefieren andar a pie, en lo cual hacen muy bien.
--Se?or cura,--le dije,--estoy muy contento de oir a Vd., y me parece admirable la rapidez con que Vd. ha cambiado la faz de estos pobres lugares.
--La religi��n, se?or capit��n, la religi��n me ha servido de mucho para hacer todo esto. Sin mi car��cter religioso quiz��s no habr��a yo sido escuchado ni comprendido. Verdad es que yo no he propuesto todas esas reformas en nombre de Dios, ni fingi��ndome inspirado por ��l: mi dignidad se opone a esta supercher��a; pero evidentemente m�� car��cter de sacerdote y de cura, daba una autoridad a mis palabras, que los monta?eses no habr��an encontrado en la boca de una persona de otra clase.
Adem��s, ellos han tenido ocasi��n todos los d��as de conocer la sinceridad de mis consejos, y esto me ha servido much��simo para lograr mi principal objeto, que es el de formar su car��cter moral; porque yo no pierdo de vista que soy, ante todo, el misionero evang��lico. S��lo que yo comprendo as�� mi cristiana misi��n: debo procurar el bien de mis semejantes por todos los medios honrados; a ese fin debo invocar la religi��n de Jes��s como causa, para tener la civilizaci��n y la virtud como resultado preciso. El Evangelio no s��lo es la Buena Nueva bajo el sentido de la conciencia religiosa y moral, sino tambi��n desde el punto de vista del bienestar social. La bella y santa idea de la Fraternidad humana en todas sus aplicaciones debe encontrar en el misionero evang��lico su m��s entusiasta propagandista; y as�� es como este ap��stol lograr�� llevar a los altares de un Dios de paz a un pueblo d��cil, regenerado por el trabajo y por la virtud, al campo y al taller, a un pueblo inspirado por la idea religiosa que le ha impuesto, como una ley santa, la ley del trabajo y de la hermandad.
--Se?or cura,--volv�� a decir entusiasmado,--?Vd. es un dem��crata verdadero!
El cura me mir�� sonriendo a la luz de la primera fogata que los alegres vecinos hab��an encendido a la entrada del pueblo y que atizaban a la saz��n tres chicuelos.
--Dem��crata o disc��pulo de Jes��s, ?no es acaso la misma cosa?... me contest��.
--?Oh! tiene Vd. raz��n, tiene Vd. raz��n; pero no es as�� como se piensa all�� en otras partes. ?Dios m��o! ?qu�� bendita Navidad ��sta que me ha hecho encontrar lo que me hab��a parecido un sue?o de mi juventud entusiasta!

[Footnote 1: #Saboya#, Savoie, a department of southeastern France.]
[Footnote 2: #Pirineos#, Pyrenees, mountains forming the boundary between France and Spain.]
[Footnote 3: #Humboldt#, Friedrich Heinrich Alexander von (1769-1859), a celebrated German scientist and explorer. The results of his American journey were published
Continue reading on your phone by scaning this QR Code

 / 37
Tip: The current page has been bookmarked automatically. If you wish to continue reading later, just open the Dertz Homepage, and click on the 'continue reading' link at the bottom of the page.