Invocando los poderes celestiales | Page 5

conocido
dicho que si tenemos temores (dud as) en el corazón, nos privamos de las
bendiciones del cielo (DyC 67:3). Por ejemplo, si a uno le falta fe, puede pasar horas
en preparaciones para una clase de la Escuela Dominical sin lograr eficacia alguna en
llegarles al corazón a sus alumnos. Por mucho tiempo que pase haciendo una tarea,
su alcance máximo es limitado a menos que aprenda a ejercer la fe necesaria para
invocar el poder y la fuerza del Señor que están a su disposición.
Estimo que de los miembros de la Iglesia motivados a pagar un diezmo justo, hay
muchos que se niegan las bendiciones que resultan del pago de los mismos al no

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ejercer la fe suficiente para permitir que el Señor los bendiga por su obediencia a la
ley de los diezmos. Debemos darnos cuenta que quien para los diezmos, cumple con
sólo una parte de la ley. La ley completa requiere que tengamos la fe necesaria para
recibir las bendiciones del Señor al pagar los diezmos. Este mismo principio funciona
igualmente con la bendición de los enfermos. El Señor no bendice a la persona más
allá de la fe combinada de todos los que toman parte en la bendición. Claro es que
hay muchas bendiciones que al Señor le gustaría extender a los miembros de la
Iglesia si estos tan sólo ejercieran la fe que le permitiera hacerlo.\
En otras palabras
nuestra vida justa (obras dignas) generalmen te excede nuestra fe. Si nuestra fe fuera
mayor, alcanzaríamos muchas más bendiciones que el Señor quiere\
que tengamos, y
para las cuales nos hemos calificado co mo resultado de nuestras buenas obras.
El procedimiento del cultivo de la tierra provee un excelente ejemplo de la fe
como motivación de la a cción que, bajo ciertas co ndiciones, requiere que
solicitemos ayuda divina. Analicemos este proceso. La fe que tenemos en el proceso
de la vida nos motiva a plantar las semillas, regarlas, etc. Sin embargo\
, si vemos que
viene una calamidad como una sequía o, como en los primeros días de la Iglesia, las
langostas, quizás nos haga falta invocar los poderes del cielo para salvar la cosecha.
Consideremos al misionero que tiene la tarea de aprender las charlas. La fe le
dará la seguridad de que puede aprenderlas si se aplica a hacerlo. Si sólo cuenta con
el tipo de fe que motiva a actuar, el ti empo que tarde en aprenderlas dependerá de
su habilidad. Sin embargo, si ejerce la fe necesaria para invocar los poderes del
cielo, su habilidad para aprender será aume ntada por el Espíritu y podrá aprender las
charlas en mucho menos tiempo.
El papel de la fe para motivar, así como el poder que puede emanar de ella, se
aplica a todo aprendizaje. Mediante lo s poderes del cielo, podemos aumentar
nuestras habilidades intelectuales. Además , el Señor ha dicho que podemos recibir
instrucciones del cielo si buscamos conocimi ento mediante "la oración de fe." (DyC
52:9). Por los poderes del cielo, entendimiento e ideas nos pueden ser revelados.
Esta promesa se aplica a todas las áreas y no solamente a la teología. Por ejemplo, si
a ciertos padres se les presentan dificultades para resolver los problemas de
conducta de un hijo, pueden recibir inspiración para saber cómo solucionar tal
dilema familiar.
Analicemos el papel que la fe desempeña en la inspiración. Si una persona se\

encuentra frente a una decisión, la fe pu ede motivarla a que ore y busque la ayuda
de su Padre Celestial. Sin embargo, a meno s que ejerza la fe necesaria para invocar
los poderes del cielo, el Señor no puede insp irarle en cuanto a su problema. En otras
palabras, la fe del individuo gobierna en gran parte su habilidad de recibir
inspiración.
Otro ejemplo es el esfuerzo que hace un santo de los últimos días por inspirar a
un investigador a que se una a la Iglesia. La fe puede motivarle en los aspectos
externos, dándole el deseo de visitarle o hermanarle. Mediante el pod\
er de la fe el
miembro de la Iglesia puede pedir que el Espíritu toque el corazón del no miembro
para que tenga deseos de investigar el evangelio.
En cada uno de estos ejemplos, es fácil ver el papel de la fe como un principio
de motivación y como un principio de poder para solicitar los poderes del cielo. En el
futuro, usted debe esforzarse por analizar el papel de la fe en sus afan\
es. Debe
hacer un esfuerzo consciente por analizar el papel de la fe que le motiv\
a a actuar y

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los casos en que la situación requiera la fe como principio de poder. Al hacer esto,
estará mucho más consciente del poder de la fe en su vida.
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