Invocando los poderes celestiales | Page 3

conocido
la causa motora de toda acción- hacer
ejercicios físicos, hacer un jardín, estudi ar para un examen. Sin embargo, muchos
miembros de la Iglesia tienen problemas con el proceso necesario para experimentar
lo que José Smith llamó el poder que viene por al fe. Es importante que los
miembros de la Iglesia entiendan que este poder viene de Dios y aprendan a
utilizarlo, porque sin los poderes del cielo estamos sumamente limitados en lo que
podemos hacer en cualquier aspecto de la vida . A los miembros de la Iglesia se les ha
dado el "poder...para hacer todas las cosas por la fe" (2 Nefi 1:10). Por medio de la
fe, como un principio de poder las person as pueden realizar o experimentar cosas
que de otra manera no podrían lograr.

FUNCIÓN DE LA FE.

El siguiente ejemplo explica el papel de la fe en la motivación de una persona.
Si un hombre desea bajar 5 kilos, debe tomar los pasos siguientes:
1. Tener fe en los principios que le harán bajar de peso.
2. Comprometerse a comer menos y a hacer ejercicios diarios.
3. Mantener un esfuerzo constante, motivado por la fe.
Sin embargo, muchos deseos no pueden realizarse solamente por la fe que nos
motiva a actuar. Además de resolución y determinación, hay muchos anhelos que
requieren la ayuda específica del Señor. Por ejemplo, si un cazador se pierde
durante una fuerte nevada y se pone a orar , y le pide al Señor que le conserve la
vida inspirándolo respecto a la dirección que debe seguir para encontrar refugio o
socorro, su deseo no se realizará a menos que sepa invocar los poderes del cielo para
que le ayuden.
La fe, entonces, como principio de acción, incluye la dedicación, la
determinación y la habilidad de tomar decisiones. La fe, como principio de poder
incluye estos tres factores más: 1) creenci a en el Señor Jesucristo, 2) determinación
por parte del individuo de responder a los requerimientos de Dios, y 3) otorgamiento
de los poderes del cielo (mayor fuerza y poder de Dios mismo).
Muchos deseos justos son de naturaleza personal y su realización debe venir por
la fe del individuo. No obstante, hay algunos deseos que precisan la fe colectiva de

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más de una persona. Cuando éste es el caso, hay que tener en cuent\
a la fe que
existe o la falta de ella. En algunos casos, la falta de fe de la mayoría suprime la fe
de la minoría. En otras palabras, bajo ciertas condiciones, algunos deseos dignos no
se realizan aunque haya quienes tengan fe suficiente como para liberar los poderes
del cielo.
En las escrituras vemos cómo la fe de ciertos individuos resulta en bendiciones
para la multitud. Sin embargo aprendemos también que hay excepciones a este
principio. Por ejemplo, cuando Mormón fue llamado como líder militar de los nefitas
no vieron la mano del Señor en su éxito y se jactaron de su propia fuerza.
Finalmente, la habilidad de Mormón de ejercer su fe por ellos fue anulada.
He aquí yo los había dirigido, a pesar de sus iniquidades, muchas veces los
había dirigido a la batalla; y los había amado con todo mi corazón, de acuerdo
con el amor de Dios que había en mí; y to do el día se había derramado mi alma
en oración a Dios a favor de ellos; sin embargo, fue sin fe, debido a la
obstinación de sus corazones. (Mormón 3:12)
Hay muchos casos en que la influencia de los poderes del cielo requiere fe
colectiva. En la obra misional, la ausenc ia de fe por parte de un compañero puede
anular la influencia del Espíritu cuando los misioneros están enseñando a una familia
. Igualmente, la falta de fe por parte de mu chas personas puede restringir el Espíritu
en una reunión de la iglesia.
Un individuo (misionero, líder de rama , etc) con gran fe, puede invocar los
poderes del cielo, pero se facilita el proc eso cuando más de una persona pone su fe
para los fines deseados.
Cuando alguien está enfermo, la fe colect iva de quienes están involucrados en la
bendición, gobierna los poderes del cielo. Obviamente, la gran fe de una persona
puede tener un efecto tremendo cuando alguie n recibe una bendición. Pero, al final,
la fe combinada o la ausencia de fe , de todos, es lo que determina si la bendición se
cumple o no.
Después de que haya llegado a tener la habilidad de invocar los poderes
celestiales por medio de la fe, uno debe esforzarse por enseñar este proceso a otros.
Si hace esto diligentemente se dará cuenta usted de que puede ser una gran
influencia en otros para que ellos también
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