vida ya hab��a traspuesto la raya,?sinti�� fiebre en el coraz��n, y perdi�� la voz,?que casi eran ininteligibles estos gemidos:
114.
Adi��s, Albania, patria?de p��rfidos y crueles, feroces y embaidores,?yo, tu salvador, a quien diste muerte,?siento por t�� infinita misericordia.
115.
?Que no salpiquen dentro de tus muros picaduras?de la espada debeladora del enemigo;?que la tengas como la que esgrimi��?la diestra del que fue tu baluarte seguro!
116.
Bascas te dio la promesa?de hacerte holocausto de su sangre,?y preferiste que bestias vertieran?la que por tu causa se hubiese dado toda.
117.
Desde mi infancia nada aspir��?que no fuera en tu obsequio y defensa.??No se intent�� a veces tu sumisi��n?y mi brazo fue el que te hizo libre?
118.
Afrentosa muerte fue tu c��nico galard��n,?pero te ser�� agradecido?si, con estimaci��n, y no con venganza, te portases?con la amada por quien hago duelo y que fue infiel.
119.
Aquella mi Laura que no arrancar��?ni la muerte misma de mi leal pecho;?adi��s, patria m��a, adi��s, adorada,?mentido amor que nunca se aparta de la mente.
120.
Patria sin alma, inconstante adorada,?Adolfo cruel, Laura embaucadora,?triunfad ya hoy y entregaos a la alegr��a,?que vuestros deseos se ver��n cumplidos.
121.
Ya tengo en frente la m��s horripilante?cruel especie de muerte,?vuestra perversidad as�� ser�� colmada?como mis desventuras.
122.
?Infeliz de m��! Con que, ?oh, Laura!??habr�� de morir sin ser ya amado por t��??Amargura de amarguras;??de m�� qui��n har�� memoria?
123.
Con que, para mi infortunio,??no tendr��s miaja de l��grima??Cuando descanse en la nada,??no me consagrar��s recuerdo alguno?
124.
Estos pensamientos me asesinan;?corred ya, l��grimas m��as; y, coraz��n m��o, derr��tete;?abre, alma m��a, y de los ojos salga;?caed, gotas de mi sangre, a porf��a.
125.
Hecha paz con el dolor?por este olvido de mi adorado tormento;?ll��rese, no por mi vida,?sino por el amor harto malogrado.
126.
Por estas angustias que consternan,?no pudo reprimir el guerrero su compasi��n;?corri�� tras las voces y las busc��,?abri��ndose camino por medio del acero.
127.
La tupida mara?a crug��a?a los golpes del afilad��simo acero,?no d��ndose tregua el moro hasta dar?por donde los quejidos ven��an.
128.
Como a la altura de los ojos estaba el sol?en su carrera al Poniente,?cuando hall�� el paradero?del amarrado, tan sin ventura.
129.
Cuando lleg�� cerca y alcanz�� con la vista?al que en sus ataduras cercaron las penas,?perdi�� el conocimiento y l��grimas desliz��,?presos cuerpo y coraz��n de l��stima.
130.
Ratos estuvo quedo y sin habla,?contuvo el aliento que se le escapaba,?e iba a adormec��rsele, de compasi��n, la sangre,?no fuera por los bravos leones que amenazaban de pie.
131.
Hostigados por el hambre y la ma?a devoradora,?cobraron sa?a, inmisericordia,?prestos los dientes y las garras reci��n afiladas,?para, a una, dar al maniatado el zarpazo.
132.
El pelo erizaron,?irguieron la cola que infund��a terror?por la braveza y sa?a de su catadura,?cual Furia crugiendo los dientes.
133.
Empinados y preparadas?contra el atado cuerpo las u?as carniceras,?iban a echar ya la zarpa cuando se atraves��?el nuevo Marte de la tierra.
134.
Acos�� de tajos a los dos leones,?como Apolo a la serpiente Pit��n;[17]?no hubo tajo que no hiciera carne?del cortante y probad��simo acero.
135.
Cuando esgrim��a la diestra mort��fera,?y con la izquierda paraba los golpes,?los briosos leones perd��an el tino,?que, instantes despu��s, yac��an cad��veres.
136.
Cuando triunf�� el buen guerrero?de sus enemigos, las bestias feroces,?con l��grimas en los ojos desat�� las ligaduras?del infelic��simo que ten��a perdido el conocimiento.
137.
Pose��do de conmiseraci��n el ��nimo?cuando vio la sangre brotar de los estigmas,?perdi�� la paciencia al querer desatar r��pidamente?las enmara?adas espiras de la cuerda.
138.
Coloc��se, pues, al lado?del fofo cuerpo, cual fresco cad��ver,?y de un tajo cort�� con la espada?la cuerda imp��a de probada resistencia.
139.
Se sent�� y puso en su regazo, desesper��ndose,?el cuerpo, que de agobio se le fue el aliento;?pas�� las manos por el rostro y puls�� el pecho,?que su deseo fue que recobrase el conocimiento.
140.
Por mirar a hito el desfallecimiento?del que ten��a en su regazo tan soliviantado,?escudri?aba, caus��ndole asombro?as�� la hermosura del porte como su fin.
141.
Tambi��n asombraba al del bello continente?su parecido y semejanza con el valiente guerrero;?y sintieran encanto los contempladores?ojos, si profunda l��stima no se lo impidiese.
142.
Conturbad��simo estaba su ��nimo,?pero se seren�� cuando pareci�� moverse?el que ten��a en su regazo, tan alica��do,?despert��ndosele la vida en letargo.
143.
La cabeza abatida, abri�� los ojos,?un suspiro fue su primer saludo a la claridad,?seguido de un gemido que pon��a l��stima:??d��nde est��s, Laura, en este trance?
144.
Vente, querida m��a, y mi prisi��n deshaga,?si muero, acu��rdate de m��;?y volvi�� a cerrar los ojos, desvaneci��ndose sus quejidos.?El que le ten��a en los brazos tem��a contestarle.
145.
Para evitar que recayese,?y acabara por apagarse el ya escaso aliento.?Esper�� que verdaderamente sosegase?el ��nimo del que ten��a en su regazo, compendio del pesar.
146.
Cuando volvi�� a abrir los ojos llen��se de pavor,??c��mo? ?suerte imp��a! ?en manos del moro!?Quiso hurtar el cuerpo blandujo,?y, cuando no lo consigui��, rechin�� s��lo los dientes.
147.
Contest�� el guerrero que no cobrase miedo:?Ser��nate y divierte el ��nimo;?hoy libre est��s de todo da?o,?te ampara quien te sostiene en sus brazos.
148.
Si te da bascas mi solicitud,?y ponzo?a a tu coraz��n el no ser cristiano,?me averg��enza no acorrerte?en trance tan apurado que la suerte te depar��.
149.
Tu traje te revela?Alban��s, y Persa el m��o;?enemigo eres de mi patria y de mi
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