d�� salud, y a m�� no olvide. Vale.
AL LIBRO DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Urganda la desconocida Si de llegarte a los bue-, libro, fueres con letu-, no te dir�� el boquirru- que no pones bien los de-. Mas si el pan no se te cue- por ir a manos de idio-, ver��s de manos a bo-, aun no dar una en el cla-, si bien se comen las ma- por mostrar que son curio-. Y, pues la expiriencia ense- que el que a buen ��rbol se arri- buena sombra le cobi-, en B��jar tu buena estre- un ��rbol real te ofre- que da pr��ncipes por fru-, en el cual floreci�� un du- que es nuevo Alejandro Ma-: llega a su sombra, que a osa- favorece la fortu-. De un noble hidalgo manche- contar��s las aventu-, a quien ociosas letu-, trastornaron la cabe-: damas, armas, caballe-, le provocaron de mo-, que, cual Orlando furio-, templado a lo enamora-, alcanz�� a fuerza de bra- a Dulcinea del Tobo-. No indiscretos hierogl��- estampes en el escu-, que, cuando es todo figu-, con ruines puntos se envi-. Si en la direcci��n te humi-,
no dir��, mofante, algu-: ''?Qu�� don ��lvaro de Lu-, qu�� Anibal el de Carta-, qu�� rey Francisco en Espa- se queja de la Fortu-!'' Pues al cielo no le plu- que salieses tan ladi- como el negro Juan Lati-, hablar latines reh��-. No me despuntes de agu-, ni me alegues con fil��-, porque, torciendo la bo-, dir�� el que entiende la le-, no un palmo de las ore-: ''?Para qu�� conmigo flo-?'' No te metas en dibu-, ni en saber vidas aje-, que, en lo que no va ni vie-,
pasar de largo es cordu-. Que suelen en caperu- darles a los que grace-; mas t�� qu��mate las ce- s��lo en cobrar buena fa-; que el que imprime neceda- dalas a censo perpe-. Advierte que es desati-, siendo de vidrio el teja-, tomar piedras en las ma- para tirar al veci-. Deja que el hombre de jui-, en las obras que compo-, se vaya con pies de plo-; que el que saca a luz pape- para entretener donce- escribe a tontas y a lo-.
AMAD��S DE GAULA A DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Soneto
T��, que imitaste la llorosa vida que tuve, ausente y desde?ado sobre el gran ribazo de la Pe?a Pobre, de alegre a penitencia reducida; t��, a quien los ojos dieron la bebida de abundante licor, aunque salobre, y alz��ndote la plata, esta?o y cobre, te dio la tierra en tierra la comida, vive seguro de que eternamente, en tanto, al menos, que en la cuarta esfera, sus caballos aguije el rubio Apolo, tendr��s claro renombre de valiente; tu patria ser�� en todas la primera; tu sabio autor, al mundo ��nico y solo.
DON BELIAN��S DE GRECIA A DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Soneto
Romp��, cort��, aboll��, y dije y hice m��s que en el orbe caballero andante; fui diestro, fui valiente, fui arrogante; mil agravios vengu��, cien mil deshice. Haza?as di a la Fama que eternice; fui comedido y regalado amante; fue enano para m�� todo gigante, y al duelo en cualquier punto satisfice. Tuve a mis pies postrada la Fortuna, y trajo del copete mi cordura a la calva Ocasi��n al estricote. M��s, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, ?oh gran Quijote!
LA SE?ORA ORIANA A DULCINEA DEL TOBOSO
Soneto
?Oh, qui��n tuviera, hermosa Dulcinea, por m��s comodidad y m��s reposo, a Miraflores puesto en el Toboso, y trocara sus Londres con tu aldea! ?Oh, qui��n de tus deseos y librea alma y cuerpo adornara, y del famoso caballero que hiciste venturoso mirara alguna desigual pelea! ?Oh, qui��n tan castamente se escapara del se?or Amad��s como t�� hiciste del comedido hidalgo don Quijote! Que as�� envidiada fuera, y no envidiara, y fuera alegre el tiempo que fue triste, y gozara los gustos sin escote.
GANDAL��N, ESCUDERO DE AMAD��S DE GAULA, A SANCHO PANZA, ESCUDERO DE DON QUIJOTE
Soneto
Salve, var��n famoso, a quien Fortuna, cuando en el trato escuderil te puso, tan blanda y cuerdamente lo dispuso, que lo pasaste sin desgracia alguna. Ya la azada o la hoz poco repugna al andante ejercicio; ya est�� en uso la llaneza escudera, con que acuso al soberbio que intenta hollar la luna. Envidio a tu jumento y a tu nombre, y a tus alforjas igualmente invidio, que mostraron tu cuerda providencia. Salve otra vez, ?oh Sancho!, tan buen hombre, que a solo t�� nuestro espa?ol Ovidio con buzcorona te hace reverencia.
DEL DONOSO, POETA ENTREVERADO, A SANCHO PANZA Y ROCINANTE
Soy Sancho Panza, escude- del manchego don Quijo-. Puse pies en polvoro-, por vivir a lo discre-; que el t��cito Villadie- toda su raz��n de esta- cifr�� en una retira-, seg��n siente Celesti-, libro, en mi opini��n, divi- si encubriera m��s lo
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