Diario historico de la rebelion y guerra de los pueblos Guaranis situados en la costa oriental del | Page 9

Tadeo Xavier Henis
Lorenzistas, que seguian el
ejército, lo aumentaron en algo, aunque menos de lo que se esperaba.
32. Seguíase despues la fiesta de San Marcos, y se invocò el auxilio de
todos los moradores celestiales, con la misa, y letanias que se
acostumbran en la iglesia, dentro del toldo ó pabellon, porque el mucho
heno ó yerba, con la lluvia y tempestad de toda la noche, impidió la
procesion, y porque todavia amenazaban las nubes un próximo
aguacero. Hasta el mediodia estuvieron separados: mas tomadas las
medidas militares, aunque un denso rocio humedecia la tierra, se

caminaron tres leguas, y quizá cuatro. Esta noche el ejército se mantuvo
en sus reales, porque los exploradores que fueron enviados antes de
ayer no habian vuelto. El mismo supremo capitan habia determinado ir
á buscarlos, y habiéndolos encontrado despues de entrada la noche, y
pedidoles cuenta de lo que habian visto, ninguna cosa cierta digeron,
sino que casi en este lugar y á la vista estaba el enemigo. Esta noche, y
en adelante, se puso silencio á las trompetas y cajas, para que el
enemigo no sintiese la venida del ejército: tambien la estrella llamada
Sirio serenó la noche, y asimismo el dia siguiente.
33. Al rayar este dia se caminaron casi tres leguas, porque no se habia
de pasar adelante, si no es que incauto el ejèrcito se acercase
demasiadamente al enemigo, y se presentase á su vista: fijáronse los
reales, no en circulo como otras veces, sino en dos líneas, en órden de
batalla, distante solamente dos leguas de los contrarios. Habiendo sido
enviado por el rio Azul arriba, hácia el norte, algunos que sondasen las
aguas, por si acaso se hallase un vado mas facil, porque en verdad no
convenia pasar por el paso nuevo, ni tampoco por el que tenian
fortificado con centinelas los Portugueses, para que de esta suerte el
enemigo fuese acometido mas inopinadamente, y toda la tropa vadease
el rio sin obstáculo y repugnancia, mas facilidad y desahogo. Tambien
algunos baqueanos fueron por espacio de una legua y media á esplorar
la fortaleza del enemigo, de modo que distásemos solamente media
legua, del otro lado de un rincon ó ensenada de un bosque. Se conoció,
que habia dejado su primera situacion, y quemadas las primeras
cabañas ò ranchos, se habia situado poco mas arriba, en un collado
lleno de monte, el cual, por la parte que mira y toca los dos rios,
Phacido y Azul, acabando todo en un ángulo con el bosque, mostraba la
tierra hácia la llanura: pero estaba esta fortificada con una estacada
desde una punta del bosque hasta la opuesta: en el medio se veian palos
clavados en la tierra para los ranchos, y algunos galpones del todo
acabados. Se oyó tambien el tiro de una escopeta, al tiempo que se
exploraban estas cosas, mas no se juzgó fuese señal del enemigo que
estuviese vigiando. Tambien se vió en el campo, de esta parte del rio,
entro una alta maciega, algo que corria velozmente: se sospechó que
fuese espia del enemigo, pero otros mas probablemente la juzgaron
avestruz. Despues de visperas, se halló que ya no habia para el sustento

del ejército mas que un poco de cecina cocida, de modo que no habia
víveres sino para un dia, por la ninguna providencia que acostumbran
los indios. Se mandó que al dia siguiente se depachase un mensagero á
traer reses, y que entretanto se diminuyese la racion á la tropa. Esta
disposicion, sinembargo, no podia ser bastante para que el ejército por
algunos dias no padeciese hambre. En el sitio de la vigia ó atalaya se
mantuvo, con algunos soldados escogidos, el mismo capitan Sepé,
miguelista.
34. Entró la noche con un horrible aspecto hácia el sud: toda estuvo
frigidísima, y tambien el dia siguiente, 27 de Abril: con todo volvieron
los exploradores que habian ido por una y otra parte. Estos digeron, que
no se veia en la frontera movimiento ninguno del enemigo. Aquellos
aseguraron que el vado que se habia hallado no estaba muy distante de
los rios, ni del sitio del enemigo. Al amanecer, pues, se arrimó hácia
allí todo el ejèrcito, y abriendo camino con las hachas, por medio del
bosque, que está de una y otra parte, se movieron al mediodia los reales
hácia aquel sitio, dejando atras solamente algunos enfermos, con el
custodio de sus almas, ó sacerdote.
35. El dia 28 (Domingo) todo el ejército se ocupó en armar un puente,
tal cual se hizo en el rio Lavatorio, aunque este era mayor, y necesitó el
trabajo de todo un dia. Entretanto, llevaron todos los caballos á un valle,
que con amenidad se estiende por las riberas del rio Verde, y tambien
hicieron pasar allí al pastor de sus almas, con los demas, para que
estuviesen seguros. Al
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