Diario del viaje al rio Bermejo | Page 5

Francisco Morillo
el interes del dinero es tan alto, sino que se evitar��n las averias tan frecuentes como perjudiciales en el actual sistema de conduccion.
Si no nos retrajese el temor de fastidiar con detalles minuciosos �� los que solo se fijan en los resultados, probariamos que en esta larga y penosa travesia de Buenos Aires �� Salta, casi no hay paso que no sea un tropiezo.
Sin poner en cuenta los temporales, los huracanes, las polvaderas por un lado, la falta de agua, de abrigo y de recursos por otro, son imponderables las dificultades que presenta el vado de los infinitos arroyos y ca?adas que inundan todo el camino; sobre todo el de los rios de Santiago, del rio Pasage, del Tercero de C��rdoba en el verano, de los arroyos de Buenos Aires en el invierno. Hay ca?adas que no pueden transitarse en un dia, y en que los animales tienen que trasnochar, hundidos en el agua hasta el vientre. Cuando el viage es feliz se descargan dos veces las carretas en la provincia de Santiago, una tercera vez en Tucuman, y muy pocas son las tropas que llegan �� su destino sin que se le vuelque algun carro, cuyos accidentes, ordinarios �� fortuitos, ocasionan crecidos gastos, trabajos y quebrantos.
Pero ?de qu�� serviria ponderar mas los inconvenientes de los transportes terrestres, cuando son palpables las ventajas que ofrecen los mar��timos? Los comprenderemos en pocos renglones para hacerlas mas evidentes.
Un tropero gasta 52,886 pesos 2 rs. para hacer 15 viages redondos de Buenos Aires �� Salta; y un barquero, 48,630 para duplicarlos: en otros t��rminos, la conduccion de 2,100 arrobas costar��
---- en carretas 3,525 ��
---- en barco, la mitad de 3,242, �� 1,621
Lo que importa un ahorro de mas de la mitad en los fletes.
Pero estos c��lculos por demasiado rigurosos son inexactos. Ninguna reduccion puede hacerse en los gastos de una tropa de carretas, mientras que todo es susceptible de economia en un barco. Su capacidad, por el nuevo sistema de construccion adoptado en esta clase de embarcaciones, puede ser casi doble; y con el auxilio del vapor los seis meses que hemos asignado �� cada viage redondo, talvez alcancen �� emprender tres.
La vida de un barco es tambien mas larga que la que le hemos supuesto, sobre todo si se emplean, (como es natural) en su construccion las exquisitas maderas de Corrientes, �� del Paraguay. Queda por ��ltimo el casco del que puede sacarse una tercera parte de su costo en su mayor deterioro.
De esta empresa pende en gran parte el porvenir de estas provincias. El primer buque que descargue �� la vista de las serranias de Centa, producir�� un cambio total en las relaciones mercantiles de esta parte del globo. La facilidad de extraer del corazon del Per�� los ricos productos que abriga, fecundizar�� muchos g��rmenes de prosperidad, desatendidos �� ignorados; la civilizacion se difundir�� con la industria, y una y otra mejorar��n la suerte de tantos pueblos sumidos aun en su primitiva barbarie. El aislamiento en que yacen es un obst��culo insuperable �� sus progresos. Los Abipoues, los Tobas, los Chiriguanos, los Juracares, vagan ahora, como vagaban en los primeros a?os de la conquista, por los hermosos campos que se desplegan desde las orillas del Paran��, hasta las fuentes del Mamor�� y del Guapay. Insensibles �� los encantos de la naturaleza, se arrastran tristemente por aquellas soledades, que solo aguardan la mano del hombre inteligente para convertirse en una mansion deliciosa.
Cuando esto suceda, se preguntar��, ?Quien fu�� el audaz argonauta que surc�� primero las aguas del Bermejo? ?Qu�� fruto recogi�� de sus trabajos? y ?d��nde est�� el monumento que se levant�� �� su memoria...?
Hemos interrogado �� varios contemporaneos del P. Morillo, y todos los datos que nos ha sido posible adquirir acerca de su persona se reducen �� los siguientes.
Naci�� en el reino de Andalucia, y visti�� temprano el h��bito de los Recoletos. Movido del deseo de emplearse en la conversion de los infieles, pas�� �� Am��rica, donde lleg�� �� ser prelado de su ��rden en la provincia de Salta. La parte que tom�� en la expedicion del Coronel Cornejo aparece en su diario, y por mas fundadas que sean las quejas de este gefe, no bastan �� arrebatarle la gloria de un importante descubrimiento.
La enemistad de un rival poderoso le oblig�� �� separarse de sus hermanos de Salta, y fue �� buscar un asilo �� Montevideo, donde acab�� su vida en el claustro al rayar de la presente centuria.
Si algun pensamiento mundano se mezcl�� �� las ��ltimas efusiones de su corazon religioso, el recuerdo de la navegacion del Bermejo debi�� llenarlo de esperanzas, y arrancarle el grito consolador de
Non omnis moriar............
=PEDRO DE ANGELES.=
Buenos Aires, Julio de 1838.

DIARIO DE MORILLO.
El a?o del Se?or de 1780 de la era vulgar, sal�� con el capitan subalterno, D. Adrian Cornejo, del nuevo astillero del
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