de nuestro rio se hallan famosas cejas de montes de todas maderas: continúan sus playas, y la sonda de estas poco mas de media vara.
El 27, saliendo de esta jornada, y siguiendo nuestro rio, el dos de Octubre llegamos al rio que llaman Colorado. Debe este su ser al expresado Cerro de Calilegua, y al tributar este aguas al de Jujuy, forma una grande laguna al lado del poniente. Tiene á sus riberas gran copia de maderas que arrebata el rio en sus crecientes: es este rio muy pantanoso, y con dificultad lo pasan á caballo en sus pasos. Su sonda en la entrada tiene poco mas de cuarta de agua, y esta es encarnada como sangre: dista esta junta de la antecedente 8 leguas por agua, y por tierra 5.
En estas juntas paramos dia 3 y 4, sin haber podido aventurar mas camino que dos cuadras, pues la sonda de sus playas no llegaba á cuarta de agua. Esta noche determinó el Capitan comandante, que fuese uno á reconocer la distancia que habia al Rio de Tarija, y las playas del nuestro de Jujuy; y ofreciéndome yo á esta empresa, y pidiéndole me diese alguna regalia para gratificar los indios que encontrase, respondiome: no traia mas que pólvora y balas. Y haciéndole presente ser preciso el cebo del regalo para sosegar á los indios, respondió: que si los demas entraban en sus conquistas con regalos, él no.
El 5, como á las ocho de la ma?ana, salí con el práctico Francisco Miguel Guzman, en una peque?a canoa, quedando en este lugar dicho Capitan comandante, con ánimo de caminar paulatinamente, y siguiendo aguas abajo el Rio de Jujuy: á las nueve de la noche llegué á las juntas del Rio de Tarija, con distancia de 12 leguas de donde dejé el barco.
El 6, habiendo reconocido las juntas de dichos rios, caminé dos leguas mas abajo, ya incorporados, reconociendo sus playas, y en estas tenian de sonda seis cuartas; y en los demas, de á cuatro y cinco varas. Regresé á buscar mi expedicion, rio arriba de Jujuy, y paramos entre unos sauzales á hacer noche.
El 7, á las cinco de la tarde, llegué á donde estaba el barco, que solo habia caminado una legua escasa. A mi llegada, con las nuevas favorables que dí de ser el rio navegable desde las juntas con el de Tarija, se hizo una salva. Dijo el práctico Guzman al Capitan que de allí en adelante, hasta llegar á las juntas del Rio Tarija, por causa de sus playas, gastaria cerca de un mes: que ya no habia mas que una petaca de bizcocho y otras dos menos de media, y de charque muy poco: que el camino era dilatado, que precisaba proveerse de comida, porque en adelante no habia esperanzas de hallar auxilios, y que le avisaba esto, porque era de su obligacion.
Impuesto de todo el Capitan comandante, con consejo de los demas, determinó mandar letra al capitan del real Presidio de Centa, D. Rafael Arias, para que le diese socorro. No sabimos de cierto donde caia dicho presidio; y haciéndome cargo de la presente necesidad, me ofrecí á practicar esta diligencia: y el dia 8, al romper el sol, salí en una canoita en compa?ia de dicho práctico y un muchacho llamado Quinteros. Tiré con estos rio abajo, buscando las juntas del Rio de Tarija, para que por él me pudiese conducir rio arriba á mi destino.
El 9 llegamos al Rio de Tarija como á las once del dia, y caminando rio arriba, observamos á su entrada tener á la parte del N una sierra alta. A la legua otra sierra al lado del S, una y otra montuosas; y por el medio de ellas corre este rio. Se registran á una y otra márgen cuantiosas maderas de nogales, laureles, cedros, quina-quina, pacaràes, lapachos, &a. La sonda de este dia, de á cinco cuartas en lo menos, y lo restante de tres varas, salvo una canal de á tres cuartas su sonda: aquí paramos en un recodo à la parte del S, habiendo caminado este dia 5 leguas.
El 10 salimos de este parage, y caminando hácia el poniente, dá el rio dilatadas vueltas de N á S, y á la parte de este le entra un rio llamado Santa Cruz, que debe su origen al dicho Cerro de Calilegua. Hállense en medio de este rio unas piedras pómez: divídese el rio en dos brazos, uno á la parte del S, y este tiene de dichas piedras; su sonda, de mas de dos varas, y otro á la parte del N, que fué por donde pasamos; su sonda tres cuartas de agua. Hállanse diferentes piedras en medio del rio, pero dan seguro paso. Al ponerse el sol paramos en una de estas piedras, junto á
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