Diario de la navegacion empredida en 1781 | Page 7

Basilio Villarino
la hora de la pleamar: anduve toda la ma?ana sin que pudiese descubrir agua. Al mediodia observé el sol á la lengua en 40° 32', y la pleamar á la una y tres cuartos de la tarde, y siendo en el Rio Negro en este dia, á las once, tres quintos, se sigue que hay dos cuartos nueve minutos de diferencia de un puerto á otro. Al anochecer me retiré á bordo, y se mataron hoy 17 jabalies, á cuyo tiempo llegó la chalupa de registrar la isla, en la que no halló otra cosa digna de notar que muchas gamas; estando esta circundada de mar por todas partes, y siendo la distancia mas breve á tierra firme de cinco millas, de las cuales trajeron diez muertas.
DIA 8.
A las ocho y tres cuartos de la ma?ana me hice á la vela en vuelta del ONO, con el viento SO fresco. A las nueve y media viré por avante con vuelta del SSO, por haber dado encima de un bajo: las nueve y treinta y dos minutos viré por causa de otro: á las nueve y cincuenta minutos volví á virar por el mismo motivo, hallándome casi en cima de otro: á las diez volví á virar por lo mismo: las once viré en vuelta de SE, por hallar solo una braza de agua: á las once volví á virar á buscar mas agua; y á las doce dí fondo en 7 brazas, y observé el sol en 40o 25' de latitud, y por descargar el viento por el SO duro, me mantuve dado fondo el resto del dia.
DIA 9.
Amaneció claro, el viento por el O fresco. A las nueve y media me hice á la vela: las diez y cuarto viré en vuelta OSO por haber hallado poco fondo: á las diez 1/4 viré en vuelta del N, por la misma razon: las once 1/4 volví á virar por causa de un bajo, y á las doce y cuarto dí fondo por hallarme cercado de infinitos bajos, en 5 brazas de agua lama, habiendo arreciado tanto el viento, que se hallaron á riesgo de perderse las embarcaciones. Al anochecer abonanzó algo el viento.
DIA 10.
Esta ma?ana me hice á la vela, continuando mi navegacion y reconocimientos. A las nueve y tres cuartos varé en un desplayado grande, que hace entre tierra firme y los muchos bajos que están sembrados por todo este saco. A las doce y media pude sacar la embarcacion, y volví á hacerme á la vela: las dos y cuarto de la tarde volví á varar, y tan de firme que no fué posible poder sacar el bergantin.
DIA 11.
Seguí siempre con la faena de sacar el bergantin, (que sería prolijidad referir aquí los trabajos y maniobras que se hicieron en esto), el que pude poner en flote á las tres y media de la tarde, á cuyo tiempo me hice á la vela en vuelta del ENE 5o E. A las cuatro dí fondo en 2 brazas de agua, cerca de la Isla de Vaqueriza. Inmediatamente bajé á ella, y la atravesé hasta la parte opuesta que tiene media legua de ancho, y me parece que con tiempos fuertes se anega toda. En ella no he visto animal alguno, ni rastro de ellos: hice tender la red y se tomaron pejereyes, pero grandes y de especial gusto, y á las seis y media de la noche me retiré á bordo.
DIA 12.
Este dia se mantuvo el viento de NO, pero tan fuerte que no permitió hacer operacion alguna.
DIA 13.
Amaneció claro, y el viento al NO recio: mandé 6 marineros descalzos para que reconociesen la isla por la parte del NE, que por ser pantanosa no se puede andar calzado. Luego que caminaron como 2 leguas, tuvieron que volverse por el mucho pantano y arroyos que les estorbaron el seguir adelante: llegaron á bordo á las dos de la tarde: el viento se mantuvo muy fuerte todo el dia, y así anocheció.
DIA 14.
Este dia continuó el viento del NNO tan recio, que ni aun pude salir de á bordo, de cuyo modo anocheció.
DIA 15.
Siguió el tiempo de la misma conformidad.
DIA 16.
Amaneció claro, y el viento al N fresquito, á cuyo tiempo embarqué en la chalupa víveres para ocho dias, y salí con ella dejando fondeado el bergantin en el expresado paraje. Seguí el Arroyo del Baradero, y habiendo llegado á su barra no tuve agua para pasar, por lo que dí fondo y allí pasé la noche.
DIA 17.
A las siete y media de la ma?ana salí de la expresada barra, y navegué al NNE hasta las doce del dia, que habiéndose llamado el viento á la proa, navegué á remo hasta las tres de la tarde, que desembarqué en la Isla de Bordas, y desde ella observé que rompia la
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