Descripcion del rio Paraguay, desde la boca del Xauru hasta la confluencia del Parana | Page 8

Jose P. Quiroga
hacen los portugueses del Brasil �� Cuyab��.
Cada a?o van los portugueses comerciantes del Brasil �� Cuyab�� con una gran flota de canoas cargadas de g��neros, y vuelven con el producto en oro y diamantes. La navegacion es larga y trabajosa: salen con sesenta �� setenta canoas de un puerto, que dista cuatro �� cinco leguas de San Pablo, ciudad bien conocida en el Brasil. Bajan por el rio A?emb��, hasta caer al Paran��. Por este navegan aguas abajo hasta la boca del rio Pardo, que viene del occidente, y tiene su or��gen de algunos riachuelos que bajan de la gran cordillera que se extiende del norte al sur, desde cerca de Cuyab�� hasta el monte de Itapu�� en las Misiones de Guaran��s. Suben con sus canoas los portugueses, hasta que no pueden navegar mas por el rio Pardo: all�� descargan los g��neros, y para pasar dos leguas de cordillera, que hay desde el Pardo hasta el rio Camapoan, transportan embarcaciones y carga en las carretas de un portuguez que para esto se pobl�� en aquella cordillera, y tiene su interes en el transporte de dichas canoas. Antes que hubiese all�� poblacion, pasaban las canoas en hombros de negros esclavos que llevan para remar. Transportadas las canoas al Camapoan, las vuelven �� cargar, y navegan rio abajo hasta entrar en el Tacuar��. Por este navegan con algun cuidado, porque llegan hasta sus m��rgenes los indios Mbay��s corriendo la campa?a, los cuales son enemigos de los portugueses, y no pierden la ocasion de matar �� llevar cautivo al que cogen apartado de la flota. Antes que lleguen �� la desembocadura del Tacuar�� en el Paraguay, ya se hallan con la canoa de guerra de Cuyab��, que al tiempo que acostumbran llegar los Paulistas con las suyas, los estan esperando para defenderlos de los Payagu��s, porque las canoas que llevan de San Pablo no bastan para su defensa, pues en cada una va solo un portuguez blanco, �� �� lo mas dos, y los negros remeros: pero estos no llevan armas. Los Payagu��s los suelen esperar con multitud de canoas muy ligeras, en cada una de las cuales van seis �� siete hombres, y para no ser descubiertos, se meten con las canoas debajo de las ramas de los ��rboles, que llegan hasta tocar en el agua: y cuando van pasando los portugueses, los asaltan de improviso, y les dan una descarga de flechazos, tirando siempre al portuguez blanco, y se echan sobre las canoas que pueden tomar; y recogiendo los g��neros y los negros, se bajan �� la Asumpcion, donde los espa?oles por compasion rescatan �� los cautivos. Por evitar los portugueses estos asaltos y da?os que hacen los Payagu��s en sus flotas, han armado la canoa que llaman de guerra, para que las escolte desde el Tacuar�� �� Cuyab��.
El armamento de la canoa de guerra consiste en un ca?oncillo de bronce de una vara �� algo mas de largo, con el cual disparan con presteza muchos tiros. Y para esto llevan en sus cajones bien acondicionados los cartuchos, hechos de camellote en lugar de lienzo, porque de esta suerte evitan que quede algun fuego en el ca?on, y dicen que no se calienta tanto, aunque se disparen muchos tiros seguidamente con dicho ca?oncillo. La presteza con que disparan, procede en parte de tener todas las cosas �� punto, y poderse con facilidad manejar el ca?on por ser tan corto, y en parte por ser cuatro bien ejercitados los que concurren �� cargarlo: uno con el cartucho, otro con el taco y atacador, otro con una espoleta que clava en el fogon lleno de p��lvora para no detenerse en cebar, y el otro finalmente con el bota-fuego. El ca?oncillo, aunque es bien reforzado, no tiene alguna diferencia de otros ca?ones en su f��brica. Solamente la cure?a es algo diversa, porque carece de ruedas, y est�� con su espigo dispuesta de tal suerte sobre un banco de la canoa, que puede con facilidad volverse �� todas partes: y as�� en disparando �� un lado, lo pueden volver y disparar al otro.
La tripulacion de la canoa de guerra se compone de doce soldados con su alferez, y ocho �� nueve negros remeros de pala con sus uniformes. El alferez tiene en la canoa para defensa del sol y de la lluvia su carroza muy buena con cortinas y asientos. Los soldados llevan tambien en medio de la canoa su toldo acomodado para su resguardo. Los remeros van �� la proa y �� la popa, y uno con la pala sirve de timonero.
Para dormir, as�� los de las canoas de guerra como los de las de carga, se previenen buscando antes de anochecer algun parage en la m��rgen del rio, donde el monte sea muy cerrado, y tenga mucha maleza de abrojos y espinas, de
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