Contigo Pan y Cebolla | Page 5

Manuel Eduardo de Gorostiza
a tan atrevida pregunta.
[Footnote 1: Note the position of the pronoun object, since the verb is first in the clause.]
[Footnote 2: 'As we ought to expect from a man of his talent.']
Matilde, hija de un padre, que, según de la comedia resulta, no conoce sus inclinaciones ni su carácter, ama a don Eduardo de Contreras, joven de talento, rico, y que ocupa un puesto distinguido en la sociedad; pero ignora estas circunstancias sin embargo de que entra en su casa con frecuencia. Anímase don Eduardo a pedir la mano de Matilde a don Pedro, quien gustosísimo se la concede, pero en el momento de convenir en tan deseado enlace, sabe la heroína que don Eduardo no es pobre, nota que no hay en esta boda los obstáculos que en las de sus novelas ha leído,[1] desama de pronto a quien tanto amó y despide a don Eduardo. éste, que conoce de donde le viene el golpe,[2] propone al padre, aturdido de tal mudanza, una ingeniosa ficción que ha de llevar a cabo sus deseos. Fíngese desheredado de un tío suyo, y desairado por don Pedro; aparenta la novelesca desesperación de un amante despedido, y estos extraordinarios medios hacen renacer el acomodaticio cari?o de Matilde, que por lo visto sólo ama en casos dados. El padre sigue haciendo del negado, y cuando vienen segunda vez entrambos a importunarle, se lleva la ni?a de un brazo y despide para siempre al amador. Con esto por fuerza ha de subir de punto la frenética pasión de Matilde: inténtase una escapatoria, la cual se verifica sin maldita la oposición del padre, que está él mismo en el complot que se le arma, y cooperando a ella un pobre criado a quien no le vale su honradez[3]. El padre no ha querido oírle por no verse comprometido a impedir el rapto, y le amenaza por una parte don Eduardo con tirarse un pistoletazo, y por otra Matilde con tragarse un veneno que posee, si no abre una reja, por donde se escapa nuestra deslumbrada, sin embargo de hallarse la puerta libre y desembarazada; y en atención, según dice ella misma, a ser de rigor[4] el salir en semejantes casos por la ventana.
[Footnote 1: In another criticism of this play Larra writes: 'y con no ver en este amorío los terribles inconvenientes que en los de sus novelas está acostumbrada a encontrar....']
[Footnote 2: Eduardo is aware of Matilde's fondness for romantic fiction and realizes that her head has been turned.]
[Footnote 3: 'Whose honesty is of no avail' (since his master refuses to listen to him and his mistress overrules him).]
[Footnote 4: 'And all because leaving by the window is the thing to do,' etc.]
En el cuarto acto, que parece un acto de otra comedia, Matilde se halla el día de tornaboda en una miserable boardilla, pero en compa?ía de su constante esposo; no han comido la víspera, no se han desayunado aquel día: medios, Dios los dé; dinero, por las nubes:[1] en una palabra, pobres de solemnidad y solemnes pobres; la infeliz Matilde tendrá que levantar la cama; ... tendrá que barrer, que jabonar, que pasar hambres, que estar sola, porque su marido habrá de salir a buscar dinero. Matilde comienza ya a padecer los inconvenientes de su posición: humíllala el casero, humíllala una antigua compa?era de colegio, marquesa, que vive en la misma casa, y que dice que una cosa es casarse, y otra enamorarse; en lo cual no parece su se?oría un si es no es verde y alegre de cascos: humíllala, en fin, una vecinilla ordinaria entre cotorra y contrabandista:[2] llora Matilde y conoce su yerro. Vuelve entonces su esposo, y vienen impacientes papá y el criado honrado; descúbrese la ficción, y se van todos muy convencidos de que para quererse mucho es indispensable por lo menos haber comido algo; verdad indisputable de todos los tiempos y países, y que no bastarán a echar por tierra todas las pasiones reunidas que pueden agitar a un mísero mortal.
[Footnote 1: 'May God give them means (for they have none); money, up in the clouds, perhaps (for there's none in their pockets).']
[Footnote 2: A reference to the neighbor's incessant chatter and her smuggled laces.]
Ya puede inferir el lector qué de escenas cómicas ha tenido el autor a su disposición. El se?or Gorostiza no las ha desperdiciado: rasgos hemos visto en su linda comedia que Moliere no repugnaría, escenas enteras que honrarían a Moratín. El carácter del criado y las situaciones todas en que se encuentra son excelentes y pertenecen a la buena comedia:[1] del padre pudiéramos decir lo que dice la marquesa de su marido; ni es feo, ni es bonito: es un hombre pasivo, es un instrumento no más del astuto don Eduardo. éste es un bello carácter: la carta que escribe es del mayor
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