Contestaciones y Consideraciones | Page 6

Apolinario Mabini
autoridad mas �� menos aut��ntica digan, como el Presidente McKinley en su Mensaje: venga primero la paz, y despues atenderemos �� lo que VV. desean. Esto nos recuerda al ex-Presidente Mr. Cleveland que en uno de sus Mensajes anuales, despu��s de manifestar que los Cubanos no quer��an deponer las armas hasta que Espa?a garantizase sus promesas, y que su Gobierno se hab��a ofrecido al espa?ol �� salir garante ante los Cubanos, si se obligaba �� cumplirlas, sin haber recibido respuesta alguna, dijo: que los cubanos ten��an razon, porque el Gobierno espa?ol con su actitud hab��a demostrado precisamente lo que aquellos tem��an. Es verdad que el Presidente ha prometido casi nada; pero, por si hiciere alguna promesa mas importante en lo sucesivo y los insurrectos no creyeren tan pronto en ella, conviene no perder de vista las palabras de Mr. Cleveland, para encontrar la explicacion de su actitud.
No hemos de terminar, sin reconocer la habilidad con que formulan sus argumentos tanto el Profesor Schurman como el Presidente McKinley, aunque �� decir verdad un examen detenido descubre los sofismas que guardan en su fondo. Los filipinos acostumbran �� contestar �� esta clase de argumentos con una sonrisa muy enigm��tica; por lo cual nos permitiremos recomendar �� los vecinos de los pueblos ocupados por las fuerzas americanas que, en cuanto se presenten ocasiones favorables, pidan �� los comandantes de las mismas autorizacion para reunirse pacificamente y exponer en forma comedida y cort��s sus deseos y aspiraciones al par que sus aptitudes. No dudamos que los americanos que han nacido y crecido al amparo de las instituciones y pr��cticas democr��ticas permitir��n semejantes reuniones, como medio el mas aut��ntico de informacion, para llegar al convencimiento de las necesidades y costumbres de los pueblos. Si continuan call��ndose como hasta aqu��, no son dif��ciles los errores transcendentales, y las equivocaciones en pol��tica no suelen corregirse sin sangre. As�� cooperamos todos �� despejar las inc��gnitas que anublan el porvenir de dos pueblos que unidos pueden hacer mucho en pr�� de la humanidad y de la paz universal.
AP. MABINI

15 Enero 1900.
CARTA DEL MISMO A LOS REPRESENTANTES EN MANILA DE LOS PRINCIPALES PERIODICOS DE AMERICA.
Manila, 22 Enero 1900.
Se?ores Wm. Dinwiddie, John F. Bass, y John F. MacCutcheon, Corresponsales de "Harper's Weekly", "New-York Herald", "San Francisco Call" y "Chicago Record".
Distinguidos se?ores:
Convencido de que VV. tratan las cuestiones Filipinas con criterio imparcial, para que la opinion publica de los E.U. no se extravie y sea digna de un pueblo grande, libre y culto, me tomo la libertad de rogarles que se hagan eco de los siguientes puntos:
1.o El pueblo filipino no alimenta ningun odio sistem��tico contra los extranjeros; sino por el contrario acoge con agrado y gratitud �� cuantos acrediten el deseo de cooperar en sus libertades y prosperidades.
2.o Los filipinos sostienen la lucha contra las fuerzas americanas, no por odio, sino para demostrar al pueblo americano que, lejos de mirar con indiferencia su situacion pol��tica, saben por el contrario sacrificarse por una Administracion que les asegure las libertades individuales y gobierne segun los deseos y necesidades del pueblo. No han podido evitar dicha lucha, porque no han podido obtener del gobierno de los E.U. ninguna promesa clara y formal para el establecimiento de dicha clase de Administracion.
3.o El presente estado de guerra no permite al pueblo la manifestacion sincera de sus aspiraciones; por lo cual los filipinos desean ardientemente que el Congreso Norte-americano vea algun medio de oirles, antes de adoptar una resolucion que decida en definitiva de su porvenir.
4.o Para este fin los filipinos piden al Congreso que, �� nombre una Comision americana que se ponga en contacto con los filipinos que tienen influencia tanto en la poblacion pac��fica como en la gente levantada en armas, �� admita una Comision de esta clase de filipinos, para que le informe de los deseos y necesidades del pueblo.
5.o Para que la informacion sea completa y los trabajos de la Comision en una �� otra forma d��n por resultado el advenimiento de la paz se requiere que las fuerzas americanas de ocupacion no coarten la libre manifestacion de la opinion p��blica en la prensa y reuniones pac��ficas; suspendan temporalmente el ataque �� los puestos filipinos, siempre que estos se obliguen �� no intentarlo contra los americanos; y d��n �� los comisionados las mayores facilidades para comunicarse con los revolucionarios.
6.o El filipino mas irreflexivo, visto el triunfo de las armas americanas, no podr�� menos de convenir en que toda concesion en favor de Filipinas en estos momentos procede exclusivamente de la liberalidad del pueblo Norte-americano; lo cual es una raz��n mas ... para que el Congreso se muestre ben��volo �� indulgente.
Espero confiadamente que, cuando el pueblo americano y el filipino se conozcan mejor, no solo cesar�� el presente conflicto, sino se evitar��n adem��s otros futuros. La opinion sensata de los E.U. parece mas inclinada
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