Un antiguo rencor

George (Jorge) Ohnet
Un antiguo rencor

The Project Gutenberg EBook of Un antiguo rencor, by George (Jorge)
Ohnet This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and
with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away
or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
with this eBook or online at www.gutenberg.net
Title: Un antiguo rencor
Author: George (Jorge) Ohnet
Release Date: October 31, 2004 [EBook #13904]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK UN
ANTIGUO RENCOR ***

Produced by Paz Barrios, Miranda van de Heijning and the Online
Distributed Proofreading Team. This file was produced from images
generously made available by the Bibliotheque nationale de France
(BnF/Gallica) at http://gallica.bnf.fr.

JORGE OHNET
UN ANTIGUO RENCOR
TRADUCCIÓN
DE
F. SARMIENTO

[JORGE OHNET]

LIBRERÍA DE LA Vda DE CH. BOURET
PARÍS 23, Rue Visconti, 23
MÉXICO 14, Cinco de Mayo, 14
1895
Propiedad del editor.

ÍNDICE
CAPÍTULO
--I.--De cómo se puede odiar por haber querido demasiado
--II.--De cómo una casualidad vuelve á encender la guerra
--III.--Donde hacen traición los aliados con quienes se creía poder
contar
--IV.--El ataque y la defensa
--V.--Donde la victoria se inclina del lado de la bondad
--VI.--Dominada por la maldad
--VII.--El rapto
--VIII.--El secuestro
--IX.--El bloqueo
--X.--En el que se rompen las cadenas
--XI.--Que trata de un antiguo fuego oculto bajo la ceniza

UN ANTIGUO RENCOR

CAPÍTULO I
DE CÓMO SE PUEDE ODIAR POR HABER QUERIDO
DEMASIADO.
Las campanas sonaban alegres en una atmósfera tibia y ligera; las
golondrinas pasaban rápidas, en bandadas, arrojando sus agudos
chillidos; el sol de junio derramaba sus rayos dorados á través de las
ramas, y á lo largo del paseo de tilos que conduce desde la plaza de la
iglesia hasta la quinta de la señorita Guichard, la boda caminaba
lentamente sobre el césped.
En el momento en que la comitiva, con los novios á la cabeza,
desembocaba ante la verja completamente abierta, todos los curiosos de

la aldea, agrupados cerca del pabellón del jardinero, prorrumpieron en
tan descompasados gritos, y los petardos, prendidos por el cochero,
estallaron con tal estrépito, que todos los pájaros que anidaban en el
ramaje volaron espantados. El novio sacó del bolsillo todo el dinero
que había preparado para las circunstancias y arrojó en círculo una
lluvia de monedas de cincuenta céntimos sobre aquella horda de
desgreñados, que se arrojó por el polvo con tal furor, que en un
momento no se vió más que una mezcla confusa de calzones, brazos y
piernas enredados.
Después se deshizo el montón y con algunos pedazos de vestido de
menos y algunos bultos en los ojos de más, todos los alborotadores se
marcharon corriendo hacia la tienda de comestibles. La boda penetró en
el jardín, siguió solemnemente la orilla de la pradera, subió la
escalinata y entró en el salón completamente adornado con ramos
blancos. Las señoras rodearon á la novia, oculta bajo un largo velo y la
felicitaron con ardor. La señorita Guichard, apoyada en la chimenea,
con el empaque de una reina, recibía los cumplimientos de la parte
masculina de la reunión.
Era la tal una mujer alta y delgada, de cara amarillenta á la que
formaban cuadro unos cabellos de un negro azabache. Los ojos
orgullosos, coronados de espesas cejas, estaban como incrustados en
una frente estrecha y altanera. La boca era fina, sinuosa y como
contraída con desagrado. La barbilla puntiaguda indicaba á su pesar
tendencias autoritarias llevadas hasta la tiranía. En aquel momento
hablaba con la señora Tournemine, mujer del alcalde de la
Celle-Saint-Cloud, sin dejar de observar con el rabillo del ojo á los
jóvenes desposados, que, poco á poco, se habían quedado solos en el
hueco de una ventana.
--Señorita, he aquí un día lleno de emociones para usted, dijo la
alcaldesa. Verdaderamente el señor Mauricio Aubry es un joven
encantador y que parece animado de las mejores disposiciones. Amará
á usted tanto más cuanto mayor sea la dicha que va á proporcionarle su
deliciosa mujer ... y en vez de una sola afección, va usted á estar
rodeada de una doble ternura por esa amable pareja que nunca la
abandonará....
--¡Jamás! exclamó con energía la señorita Guichard; el señor Aubry se
ha comprometido á ello formalmente.

--Sin duda, replicó con afectada dulzura la señora Tournemine; tiene
unos sentimientos bastante buenos para pensar nunca por sí mismo en
faltar á ese compromiso ... pero el tiempo trae frecuentemente
modificaciones en los planes mejor formados.... Los caracteres se
manifiestan libremente, las simpatías se debilitan, las ideas de
independencia se abren paso.... Ciertamente, usted es una persona
avisada y resuelta.... Usted sabe ver claro é imponer sus deseos.... Pero,
sin embargo, bueno es prever que el marido pueda ser mal
aconsejado....
Hacia un instante que la señorita
Continue reading on your phone by scaning this QR Code

 / 63
Tip: The current page has been bookmarked automatically. If you wish to continue reading later, just open the Dertz Homepage, and click on the 'continue reading' link at the bottom of the page.