Torquemada en la hoguera

B. Pérez Galdos

Torquemada en la hoguera, by B. P��rez Galdos

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Title: Torquemada en la hoguera El art��culo de fondo; La mula y el buey; La pluma en el viento; La conjuraci��n de las palabras; Un tribunal literario; La princesa y el granuja; Junio
Author: B. P��rez Galdos
Release Date: February 28, 2005 [EBook #15206]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
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B. P��REZ GALDOS
TORQUEMADA EN LA HOGUERA
MADRID
1920

��NDICE
Torquemada en la hoguera. El art��culo de fondo. La mula y el buey. La pluma en el viento. La conjuraci��n de las palabras. Un tribunal literario. La princesa y el granuja. Junio.

Reproduzco en este tomo, �� continuaci��n de la novela TORQUEMADA EN LA HOGUERA, recientemente escrita, varias composiciones hace tiempo publicadas, y que no me atrevo �� clasificar ahora, pues, no pudiendo en rigor de verdad llamarlas novelas, no s�� qu�� nombre darles. Algunas podr��an nombrarse cuentos, m��s que por su brevedad, por el sello de infancia que sus p��ginas llevan; otras son como ensayos narrativos �� descriptivos, con un desarrollo artificioso que oculta la escasez de asunto real; en otras resulta una tendencia cr��tica, que hoy parece falsa, pero que sin duda respond��a, aunque vagamente, �� ideas �� preocupaciones del tiempo en que fueron escritas, y en todas ellas el estudio de la realidad apenas se manifiesta en contados pasajes, como tentativa realizada con desconfianza y timidez.
Fue mi prop��sito durante mucho tiempo no sacar nuevamente �� luz estas primicias, anticuadas ya y fastidiosas; pero he tenido que hacerlo al fin cediendo al ruego de cari?osos amigos m��os. Al incluirlas en el presente tomo, declaro que no est�� mi conciencia tranquila, y que me acuso de no haber tenido suficiente energ��a de car��cter para seguir rechazando las sugestiones de indulgencia, en favor de estas obrillas. Temo mucho que el juicio del p��blico concuerde con el que yo ten��a formado, y que mis lectores las sentencien �� volver �� la regi��n del olvido, de donde imprudentemente las saco, y que las manden all�� otra vez, por tr��nsitos de la guardia critica. Si as�� resultase, �� mi y �� mis amigos nos estar�� la lecci��n bien merecida.
Lo ��nico que debo hacer, en descargo de mi conciencia, es marcar al pie de cada una de estas composiciones la fecha en que fueron escritas; y no porque yo quiera darlas un valor documental, �� falta del literario, sino para atenuar, hasta donde conseguirlo pueda, el desali?o, trivialidad, escasez de observaci��n �� inconsistencia de ideas que en ellas han de encontrar a��n los que las lean con intenci��n m��s ben��vola.
B.P.G.
MADRID, Junio de 1889.
TORQUEMADA EN LA HOGUERA

TORQUEMADA EN LA HOGUERA
I
Voy �� contar c��mo fue al quemadero el inhumano que tantas vidas infelices consumi�� en llamas; que �� unos les traspas�� los h��gados con un hierro candente; �� otros les puso en cazuela bien mechados, y �� los dem��s les achicharr�� por partes; �� fuego lento, con rebuscada y met��dica sa?a. Voy �� contar como vino el fiero say��n �� ser v��ctima; c��mo los odios que provoc�� se le volvieron l��stima, y las nubes de maldiciones arrojaron sobre ��l lluvia de piedad; caso pat��tico, caso muy ejemplar, se?ores, digno de contarse para ense?anza de todos, aviso de condenados y escarmiento de inquisidores.
Mis amigos conocen ya, por lo que de ��l se me antoj�� referirles, �� D. Francisco Torquemada, �� quien algunos historiadores in��ditos de estos tiempos llaman Torquemada el Peor. ?Ay de mis buenos lectores si conocen al implacable fogonero de vidas y haciendas por tratos de otra clase, no tan sin malicia, no tan desinteresados como estas inocentes relaciones entre narrador y lector! Porque si han tenido algo que ver con ��l en cosa de m��s cuenta; si le han ido �� pedir socorro en las pataletas de la agon��a pecuniaria, m��s les valiera encomendarse �� Dios y dejarse morir. Es Torquemada el habilitado de aquel infierno en que fenecen desnudos y fritos los deudores; hombres de m��s necesidades que posibles; empleados con m��s hijos que sueldo; otros ��vidos de la n��mina tras larga cesant��a; militares trasladados de residencia, con famili��n y suegra de a?adidura; personajes de flaco esp��ritu, poseedores de un buen destino, pero, con la carcoma de una mujercita que da t��s y empe?a el verbo para comprar las pastas; viudas lloronas que cobran del Montep��o civil �� militar y se ven en mil apuros; sujetos diversos que no aciertan �� resolver el problema aritm��tico
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