tiene asilo?en las almas, y flota en el presente?como la cesta bíblica del Nilo.
No es fácil, no, que el ideal sucumba?bajo la acción del tiempo o la violencia,?pues, como el trigo de la egipcia tumba,?en sí contiene secular potencia.
Y ha de surgir en el futuro ignoto,?llevado a plenitud por el destino,?como la flor del legendario loco,?como el cofre del Padre Florentino;
porque supo de triunfos y derrotas,?porque tuvo su cruz y su calvario;?la sangre le ofrecieron los patriotas?y tú el cerebro, ?oh gran Apolinario!
Era de hierro y de cristal tu mente;?grandes ideas modeló su fragua;?tuvo el vuelo del águila potente?y la profunda claridad del agua.
La vida concentró sus energías?en tu cerebro luminoso y triste.?Ninguna falta de los pies tenías?para los altos vuelos que emprendiste.
Fuiste toda una mente geométrica,?fórmula abstracta, puro pensamiento,?que nos hablaba en nuestra noche tétrica?con una voz de sibilino acento.
A la tienda llegó del adversario,?razonador, sin altivez ni reto.?Si no cambió su juicio refractario,?mucho fué que ganara su respeto.
Buscó el retiro de rural sosiego?y prosiguió su ruta sin desmayo.?Para trazar su rúbrica de fuego,?tras densa nube se recoge el rayo.
Sobre el rojo fulgor del exterminio,?sobre el mortal estruendo de las balas,?en el azur, su natural dominio,?serenamente desplegó las alas.
Allí alumbró la senda tenebrosa?en su función de numen y atalaya;?allí engendró la concepción grandiosa?de una fecunda comunión malaya.
Tu inteligencia en su carnal encierro,?era un poder supremo y absorbente.??Que fué tu misma voluntad de hierro?sino una fuerza que forjó tu mente?
Y este fué el timbre, el sello más glorioso?que se?aló tu espléndida carrera;?rimaste el pensamiento vigoroso?con la indomable voluntad austera.
Aquí estás ya en lo eterno de la piedra,?genio vindicador de nuestra raza.?A tu columna, con amor de hiedra,?nuestra ferviente admiración se abraza.
Gentes futuras cantarán tu nombre,?y al contemplar tu busto en el espacio?dirán:--"Fué un alto pensador, un hombre?justo y tenaz como el varón de Horacio."
Patria, que ves, gozosa, en tu sorpresa,?los saltos de gigante de tu raza,?y vives entre un iris de promesa?y un nubarrón lejano de amenaza;
patria fecunda en héroes y licurgos,?nadie habrá que tus méritos no estime;?pues siendo madre de Rizal y Burgos,?pariste un paralítico sublime.
Mabini fué un excelso paradigma.?En sus virtudes tu virtud renueva.?Así saldrás, gallarda y sin estigma,?de los rojos crisoles de la prueba.
Y aunque contemples en casual desfile?el torpe halago y la esperanza trunca,?sabrás sentir, cuando tu fe vacile,?toda la fuerza del vocablo "nunca".
Pero, si indigna de tus dioses lares?perpetuamente has de vivir cautiva,?fuera mejor que tus contiguos mares?en un sepulcro te sepulten viva.
Marzo, 1915. (Al inaugurarse en Batangas el monumento a Apolinario Mabini).
A ESPA?A IMPERIALISTA
(CON OCASIóN DEL VIAJE A FILIPINAS DE SALVADOR RUEDA)
Y mientras en Europa tiene un festín la "Intrusa"?y los vetustos pueblos son como inmensas piras,?Espa?a, fabricante de las más fuertes liras,?desda el castillo en donde la hostilidad rehusa,?amante nos recuerda enviándonos su musa.
Gracias, oh madre antigua, por el presente regio?que a la abundancia sumas de tus pasados dones.??Qué más que la embajada de tu poeta egregio,?qué más que su exquisito y vasto florilegio?para sellar afectos y sugerir uniones?
Espa?a: está en el mundo tu alta misión fijada;?en sue?os de conquista tu acción total se inspira,?tu historia está en América, en Flandes y en Granada.?Ayer fundaste reinos por medio de la espada.?Hoy vuelves a ganarlos por medio de la lira.
En la extensión del tiempo aquel sue?o aquilino?que presidió las hoestes del Quinto de los Cárlos,?en forma renovada, prosigue su camino.?Si a pueblos de tu raza no intentas sojuzgarlos,?sus rumbos enderezas hacia un común destino.
Yo admiro el alto vuelo de tu ideal conquista?que, alzándose del lodo de la mortal miseria,?abarca el mundo hispano con ojo imperialista,?y aspira, por la magia del sabio y del artista,?a establecer las bases de una mayor Iberia.
Espa?a: nos desune del piélago la anchura;?también la propia sangre de tí nos diferencia.?Mas tuyo es nuestro idioma, es tuya la cultura?que a remontar nos lleva tu nacional altura;?que nutre el santo anhelo de nuestra independencia.
Y si, por rasgos étnicos, en gran desemejanza?de tu linaje insigne nuestra nación está,?sabemos que, al principio, para pactar su alianza,?juntaron y bebieron, a la nativa usanza,?sus sangres en un vaso Legazpi y el Rajah.
Madre de veinte pueblos que hablan tu hermoso idioma?yo te saludo en este tu embajador poeta?y ansío que tu sue?o, análogo al de Roma,?lo vivifique un mundo que te ama y te respeta?eterno sea el triunfo de tu vital axioma.
Vivir es renovarse. De tu pasada gloria?el canto repetido tu acción jamás empa?a.?Espa?a ya estás libre; no hay moros en tu entra?a.?Renueva el viejo grito que truena por tu historia?y dí al patrón heróico: ?Santiago, y abre Espa?a!
Abre Espa?a a las nuevas corrientes de la vida,?abre Espa?a al abrazo de sus hijos dispersos?y surja del Pirene, como hostia bendecida,?el sol de un culto unánime, en el que adore unida?la progenie del inca de los cultos diversos.
Bendito será el día en que a la vida brote?del suelo
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