Memoria dirigida al Sr. Marquez de Loreto,?by Francisco de Viedma
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Virey y Capitan General de las Provincias del Rio de La Plata, by Francisco de Viedma This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included with this eBook or online at www.gutenberg.org
Title: Memoria dirigida al Sr. Marquez de Loreto, Virey y Capitan General de las Provincias del Rio de La Plata
Author: Francisco de Viedma
Release Date: July 9, 2006 [EBook #18798]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
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[Nota del transcriptor: se conservaba la ortograf��a original de la obra.]
MEMORIA DIRIGIDA AL Sr. MARQUEZ DE LORETO, VIREY Y CAPITAN GENERAL DE LAS PROVINCIAS DEL RIO DE LA PLATA, SOBRE LOS OBSTACULOS QUE HAN ENCONTRADO, Y LAS VENTAJAS QUE PROMETEN LOS ESTABLECIMIENTOS PROYECTADOS EN LA COSTA PATAGONICA. POR D. FRANCISCO DE VIEDMA, GOBERNADOR E INTENDENTE DE LAS PROVINCIAS DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA Y COCHABAMBA, Y COMISARIO SUPERINTENDENTE QUE FUE DE DICHOS ESTABLECIMIENTOS.
Primera Edicion.
BUENOS-AIRES.
IMPRENTA DEL ESTADO, 1836.
DISCURSO PRELIMINAR A LA MEMORIA DE VIEDMA SOBRE PATAGONIA.
Si todos los empleados que enviaba Espa?a �� Am��rica hubiesen sido como el autor de la presente Memoria, hubieran progresado las colonias, y talvez no hubiera sido tan general y vehemente el deseo de sustraerse de la dominacion de la metr��poli.--Miembro de una de las principales familias de Andaluc��a, y regidor �� Veinticuatro del ayuntamiento de Jaen, su patria, D. Francisco de Viedma disfrutaba en Espa?a de una consideracion merecida.
El interes con que la Corte de Madrid empezaba �� mirar sus establecimientos ultramarinos, y la actividad del Ministro Galvez, que presidia entonces el Consejo de Indias, iban cortando los abusos que se habian introducido en tan vasta y complicada m��quina. El buen ��xito que tuvo en M��jico el plan de colonizacion de Sonora, inspir�� �� su autor el deseo de extenderlo �� otras provincias, y Viedma fu�� encargado de plantificarlo en Patagonia.
Las circunstancias que acompa?aron este nombramiento merecen ser referidas. Se escusaba Viedma por las muchas atenciones de familia, y por su ninguna aptitud para esta clase de empleos. Insistia el Ministro, y volvia �� escusarse el candidato.--Por fin cansado Galvez de la resistencia que encontraba en su protegido, mud�� de conversacion, y le pregunt�� en qu�� estado habia dejado sus haciendas.--Viedma, que ponia todo su orgullo en pasar por el primer agricultor de Andaluc��a, le contest��, que �� fuerza de cuidados y trabajos habia logrado llevarlas �� un estado de prosperidad extraordinaria.... "Esto es precisamente lo que quiere el Rey que V. haga en Patagonia", le dijo el Ministro, devolvi��ndole su renuncia.
Por primera vez esta porcion considerable del antiguo vireinato de Buenos Aires contaba con el celo de un h��bil administrador. Sus habitantes, desatendidos y entregados �� sus propios recursos, no habian dado hasta entonces un paso fuera de la senda obscura y degradante de la vida salvage. Las tentativas hechas por los Misioneros no solo habian sido limitadas, sino ef��meras, y hasta el recuerdo de sus trabajos evang��licos se habia borrado en aquellas regiones. La dificultad de sojuzgar los ind��genas, y la ninguna utilidad que prometia una inmensa extension de tierras incultas, despobladas y, segun decian, est��riles, las habian sustraido de la accion gubernativa de estas provincias. Los Vireyes, satisfechos con tener en su dependencia �� las f��rtiles campa?as del Paraguay, y �� los ricos valles del Per��, apartaban la vista de la parte meridional de su jurisdiccion, que miraban como la Siberia de Am��rica. Este abandono, �� mejor diremos desprecio, dur�� hasta que Viedma fue instalado en su cargo de Super-intendente de los establecimientos patag��nicos. Desde entonces todo fu�� vida y actividad; y aunque tuviese el dolor de ver malogrado sus esfuerzos, no por esto renunci�� �� la esperanza de hacer valer su experiencia para que se acogiesen sus indicaciones.
Entre los arbitrios que propone, y que nos han parecido oportunos y practicables, hay uno que debe llamar la atencion del Gobierno, porque puede contribuir �� aumentar los recursos del erario. Inculca Viedma en que se imite el egemplo de la Corona de Portugal, que concedia licencias temporaneas �� compa?��as establecidas, para ocuparse en la pesca de ballenas y lobos en la isla de Santa Catalina. El producto de este ramo deberia ser de alguna importancia, si se calcula la extension que tienen nuestras costas, y la prodigiosa abundancia de estos cet��ceos.
Tambien pondera la utilidad de ocupar la isla de Choelechel; y �� este prop��sito no podemos dispensarnos de transcribir
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