Diario del viaje al rio Bermejo | Page 9

Francisco Morillo
pr��ctico �� reconocer terreno: �� poco encontramos con un paso del rio y lo pas�� desnudo; �� poco encontramos con otro paso �� hice lo mismo; y al otro paso me qued�� �� dormir esta noche.
El 17 al amanecer rogu��le al pr��ctico Guzman fuera �� ver si encontraba dicho fuerte, y que me traj��se caballo para conducirme, pues me hallaba algo enfermo. Sali�� en dicha solicitud, y �� las ocho de la ma?ana traj��ronme caballos dos partidarios, y �� la legua de camino llegu�� �� dicho fuerte, que dista de las juntas del Rio de Tarija con el de Centa dos leguas. Entregu�� �� mi llegada �� dicho capitan la carta de mi comision, y enterado de ella, dijo: que dicha carta contenia condujose seis reses vivas al mismo sitio donde estaba el barco; y no pudiendo verificar esta remesa, respondi�� en carta dicho capitan no podia ser por causa de los montes. Que en aquel fuerte daria las que necesitase, pues estaba pronto al socorro, como obra de servicio del Rey su Se?or; pues conducirlas donde ordenaba no era posible.
Esta carta, con otra que yo escrib��, remit�� �� mi Capitan comandante, en la que le decia, que distaba su casa 50 leguas de este fuerte, que suspendiese el viage y se proveyese de manutenciones, que en doce dias le era f��cil proveerse. Esta carta la entregu�� al pr��ctico Guzman, y habiendo conchabado dos indios ladinos, acompa?aron por tierra al dicho pr��ctico, y por las se?ales que les dimos vinieron en conocimiento donde estaba el barco, y de su distancia, que serian 12 leguas. Salieron con las cartas �� las diez del dia: aquella tarde extend��ose un rumor entre los indios, que venian en el barco indios Tobas, sus contrarios: y armados unos 50 indios, fueron en alcance de dicho Guzman, al que no permitieron llegase al barco sin que primero ellos lo bombeasen, y registrasen qu�� gente venia en el barco: y habiendo visto no venian indios Tobas, lo condujeron al sitio del barco.
El 18 lleg�� dicho Guzman donde estaba el barco, y habiendo tirado un tiro antes de llegar, viendo el acompa?amiento de indios, los soldados de la expedicion se asustaron, �� caso por ser los primeros indios que habian visto. Entreg�� las cartas que llevaba; las ley�� dicho Capitan comandante, y leidas dijo �� dicho pr��ctico, "caminemos, y mas que se quede el P. Capellan y la comitiva." A que respondi�� el pr��ctico:--"yo no camino, �� no dar providencias de comida; pues ya no tiene mas que petaca y media de bizcocho: que dejase el barco, que ��l se quedaria custodi��ndolo con dos peones, interin se proveia de todo lo necesario." Pasado tiempo escribi�� dos cartas, la una para el capitan de dicho fuerte, en que le pedia caballos y mulas para conducir al fuerte su gente y equipaje; y otra para m��, en que me suplicaba intercediese con dicho capitan para que con brevedad las despachase: estas dos cartas las trajo dicho pr��ctico.
El 19 lleg�� al fuerte dicho pr��ctico, y entregando la carta al capitan, sin aguardar mas oficios, despach�� con dos partidarios y dicho pr��ctico las cabalgaduras que le pedia: y con ellas, puesto en camino dicho Capitan comandante y algunos de los suyos, lleg�� al presidio el dia 21, y su equipaje el 24, donde se mantuvo hasta el 26.
Habl�� �� dicho Capitan comandante, anim��ndole �� la secuela de nuestro fluvial viage, haci��ndole presente, qu�� dirian de nosotros en asunto de tanto honor. Que despachase �� Salta por comestibles; que sentia hubiese arrojado el barco y canoa sin dejar custodia alguna, que nos mantuviesemos en aquel fuerte. A lo que me respondi�� con bastante enfado; que ��l sabia lo que debia de hacer: por lo que, no pudi��ndolo persuadir, busqu�� caballo y me vine al Fuerte de Ledesma, que dista 30 leguas del de Centa.
El 29 lleg�� al Fuerte de Ledesma dicho Capitan comandante con sus hijos y el Asesor; y volvi��ndole �� instar �� la secuela de nuestro viage, y �� hacerle cargo como habia dejado arrojado al pr��ctico Guzman en el de Centa, y que habia fletado un caballo para venirse; que lo llamase, y se hiciese cargo que no encontraria otro pr��ctico; que ?como no dejaba quienes custodiasen el barco?--- Respond��ome �� esto, "que ya habia gastado bastante, y que no se le habia olvidado lo que habia de hacer." A lo que respond��, que tomaba el camino �� descubrir el rio, y cumplir con las ��rdenes de capellan y licencia de mis prelados. F��ese este dia para su casa, y nos dej�� all�� �� m�� y al pr��ctico.
Reflexionando hallarme con despachos del Superior Gobierno, con patentes de mis Prelados regulares, y que �� costa de los reales erarios habia sido conducido de Europa �� estas Am��ricas el a?o de 1771,
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