Diario del viaje al rio Bermejo | Page 9

Francisco Morillo
rios de San Andres, San Ignacio é Iruya, cuyas vertientes vienen del Perú, y juntos
componen el de Centa, así llamado: porque antes de llegar al frondoso Valle de Centa se
llama de San Andres; y aquí pierde el nombre este, y toma el de Centa, en cuyas
márgenes está construido un fuerte y reduccion de vistosa fabrica, que el año de 1779
hizo el Señor D. Andres Mestre, actual Gobernador y Capitan General de la provincia
del Tucuman: tiene este fuerte 40 plazas. La reduccion es de indios Mataguayos y
Orejones, que estan al cargo de religiosos de mi órden.
Y caminando rio arriba de Centa, sin saber donde estaba dicho fuerte y reduccion, á la
media legua encontré una senda. Aquí atamos la canoa, y salí á pié con el práctico à
reconocer terreno: á poco encontramos con un paso del rio y lo pasé desnudo; á poco
encontramos con otro paso é hice lo mismo; y al otro paso me quedé á dormir esta
noche.
El 17 al amanecer roguéle al práctico Guzman fuera á ver si encontraba dicho fuerte, y
que me trajése caballo para conducirme, pues me hallaba algo enfermo. Salió en dicha
solicitud, y á las ocho de la mañana trajéronme caballos dos partidarios, y á la legua de
camino llegué á dicho fuerte, que dista de las juntas del Rio de Tarija con el de Centa
dos leguas. Entregué á mi llegada á dicho capitan la carta de mi comision, y enterado de
ella, dijo: que dicha carta contenia condujose seis reses vivas al mismo sitio donde
estaba el barco; y no pudiendo verificar esta remesa, respondió en carta dicho capitan
no podia ser por causa de los montes. Que en aquel fuerte daria las que necesitase, pues
estaba pronto al socorro, como obra de servicio del Rey su Señor; pues conducirlas
donde ordenaba no era posible.
Esta carta, con otra que yo escribí, remití á mi Capitan comandante, en la que le decia,
que distaba su casa 50 leguas de este fuerte, que suspendiese el viage y se proveyese de
manutenciones, que en doce dias le era fácil proveerse. Esta carta la entregué al práctico
Guzman, y habiendo conchabado dos indios ladinos, acompañaron por tierra al dicho
práctico, y por las señales que les dimos vinieron en conocimiento donde estaba el barco,
y de su distancia, que serian 12 leguas. Salieron con las cartas á las diez del dia: aquella
tarde extendíose un rumor entre los indios, que venian en el barco indios Tobas, sus

contrarios: y armados unos 50 indios, fueron en alcance de dicho Guzman, al que no
permitieron llegase al barco sin que primero ellos lo bombeasen, y registrasen qué gente
venia en el barco: y habiendo visto no venian indios Tobas, lo condujeron al sitio del
barco.
El 18 llegó dicho Guzman donde estaba el barco, y habiendo tirado un tiro antes de
llegar, viendo el acompañamiento de indios, los soldados de la expedicion se asustaron,
á caso por ser los primeros indios que habian visto. Entregó las cartas que llevaba; las
leyó dicho Capitan comandante, y leidas dijo á dicho práctico, "caminemos, y mas que se
quede el P. Capellan y la comitiva." A que respondió el práctico:--"yo no camino, á no
dar providencias de comida; pues ya no tiene mas que petaca y media de bizcocho: que
dejase el barco, que él se quedaria custodiándolo con dos peones, interin se proveia de
todo lo necesario." Pasado tiempo escribió dos cartas, la una para el capitan de dicho
fuerte, en que le pedia caballos y mulas para conducir al fuerte su gente y equipaje; y
otra para mí, en que me suplicaba intercediese con dicho capitan para que con brevedad
las despachase: estas dos cartas las trajo dicho práctico.
El 19 llegó al fuerte dicho práctico, y entregando la carta al capitan, sin aguardar mas
oficios, despachó con dos partidarios y dicho práctico las cabalgaduras que le pedia: y
con ellas, puesto en camino dicho Capitan comandante y algunos de los suyos, llegó al
presidio el dia 21, y su equipaje el 24, donde se mantuvo hasta el 26.
Hablé á dicho Capitan comandante, animándole á la secuela de nuestro fluvial viage,
haciéndole presente, qué dirian de nosotros en asunto de tanto honor. Que despachase á
Salta por comestibles; que sentia hubiese arrojado el barco y canoa sin dejar custodia
alguna, que nos mantuviesemos en aquel fuerte. A lo que me respondió con bastante
enfado; que él sabia lo que debia de hacer: por lo que, no pudiéndolo persuadir, busqué
caballo y me vine al Fuerte de Ledesma, que dista 30 leguas del de Centa.
El 29 llegó al Fuerte de Ledesma dicho Capitan comandante con sus hijos y el Asesor; y
volviéndole á instar á la secuela
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