Diario de la navegacion empredida en 1781 | Page 5

Basilio Villarino
plano que acompa?o[24]; y un arbol solo el mas notable, letra D, en la misma direccion de la entrada de la boca, que es S. 67�� 30' O.
El canal de la boca se distingue por la corriente colorada que se nota en medio de aguas quebradas encima de los bancos. Al entrar en la boca tendr�� una y media braza sin el flujo, y con este una braza mas: y, habiendo entrado como media milla para adentro, se encuentran dos brazos sin aquel, y tres con ��l; donde se fondear�� cerca del arenal grande de la mano derecha, se?al dos anclas, demorando entonces al N. 45�� O los medanos primeramente observados en B, y el arbol de que se ha hecho referencia D, al rumbo S 67�� 30' O.; demorando tambien unos peque?os m��danos, letra C, al S 40�� O.
Aunque de este fondeadero para arriba las corrientes son bien r��pidas, en la hora del flujo se pueden avanzar unas dos millas mas, inclin��ndose siempre �� la costa de la derecha, hasta enfrentar la primera isla E de la izquierda, endonde se encuentran sobre la costa tres palos clavados F, y en el mas alto una tablita atravesada, en que est�� grabado FEDERACION, y los vestigios de mi campamento en los dias 20 y 21 del presente.
Al tomar la boca es preciso prevenirse para no dejarse abatir por la corriente, que es violenta h��cia el norte. Las profundidades que he referido, se han hallado sondando en el reflujo, �� bajamar. Los rumbos expresados son con relacion al norte magn��tico....
GUILLERMO BATHURST.

DIARIO DE VILLARINO.
_Diario de la navegacion que v�� �� hacer D. Basilio Villarino, segundo piloto de la Real Armada, con las dos embarcaciones de su mando, el bergantin_ Nuestra Se?ora de C��rmen y Animas, _y la chalupa _San Francisco de Asis, _desde el Rio Negro, �� reconocer la costa, la bahia de Todos los Santos, Islas del Buen Suceso y demas adyacentes, buscar el desague del Rio Colorado, y penetrar su entrada, de ��rden del Comisario Superintente de estos establecimientos, el Sr. D. Francisco de Viedma._

DIA 12 DE ABRIL DE 1781.
A las ocho y media de la ma?ana tir�� la ��ltima pieza de leva, y me hice �� la vela del establecimiento con las expresadas embarcaciones, y viento N bonancible. A las cuatro y media de la tarde llegu�� �� la boca del Rio Negro, remolcando el bergantin con el bote y la chalupa, por estar calma; en cuyo parage d�� fondo, �� esperar tiempo �� prop��sito para emprender mi navegacion, el que no pude conseguir hasta el 4 de Mayo, en cuyo int��rvalo de tiempo tuve lugar de registrar la barra, (el que no habia tenido antes) como �� satisfaccion la registr�� en los dias que el tiempo lo permitia; y no sin much��sima utilidad, pues descubr�� por la parte del N una canal, mejor que la que hasta ahora practican los navegantes �� este rio por la parte del S.
Esta canal hace f��cil y poco arriesgada su navegacion �� este rio, su entrada y salida casi con todos vientos, sin atender �� otra cosa que �� las mareas: lo que no sucedia antes, pues era preciso combinar estas con los vientos, y estos debian ser favorables en el ��nico punto de la pleamar, cuya circunstancia eternizaba las embarcaciones, que fondeadas de la parte de adentro iban �� entrar, pues no concurri��ndoles en aquel punto de la pleamar viento favorable, permanecian fondeadas afuera. Y aunque �� m�� nunca esta circunstancia me detuvo, pues casi siempre he entrado con viento contrario, ya se ha visto lo muy cerca que alguno ha estado de perderse, por permanecer afuera fondeados: por lo cual convendria, que los navegantes �� este establecimiento se instruyesen bien en la barra de este rio y sus canales, �� fin de asegurar sus vidas y los reales intereses; pues solo la falta de practica es la que ocasiona los muchos riesgos y detenciones que continuamente se experimentan.
Parece que contradice lo que llevo dicho, el haber yo estado desde el dia 12 de Abril hasta el 4 de Mayo fondeado en la boca aguardando tiempo oportuno para mi viage: pero no es as��, porque yo salgo �� un reconocimiento, de cuyo paraje no se sabe otra cosa que lo muy peligroso que es, que precisamente debo salir �� tal hora que pueda pasar en el dia los bajos de Punta Rubia; que el viento sea tal que me proporcione de dia esta navegacion, y que lo pueda resistir una embarcacion menor como es la chalupa que llevo conmigo sin exponerla �� zozobrar; y que la mar sea �� prop��sito, para que as�� mismo la pueda resistir, y otras infinitas circunstancias que me es indispensable atender, como conocen los inteligentes en la navegacion: y ��nicamente el asegurar las comisiones que se me
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