tierras adyacentes del rio Paraguay un agradable objeto á la vista, con la variedad admirable de monta?as, cerros, llanuras y arboledas. Desde Corrientes hasta el rio Xexuí, hay por una y otra banda bosques con mucha variedad de plantas. Pero del Xexuí arriba es mayor el encanto de los ojos; porque unas veces se descubre un ramo de la cordillera todo poblado de árboles, otras veces se presenta una campa?a llena de yerba muy verde, otras se ven inmensos palmares, de una especie particular de palmas, porque los troncos son altísimos y derechos, la madera dura y la copa redonda, con las ramas semejantes á los palmitos de que hacen las escobas en Andalucía. Ni se puede hallar cosa mas á propósito para formar con presteza los techos de las casas, pues en quitando la copa, y cortando el tronco por el pié, ya no hay mas que hacer para aplicarlo á la obra. Estos palmares son frecuentes desde el Xexuí hasta los campos de Xerez. Y como los troncos estan muy limpios, andan los indios á caballo por medio de los palmares, sin embarazo alguno. Los racimos de datiles de estas palmas son menores que los de las palmas ordinarias: y los datiles son tambien menores á proporcion. No sé si son comestibles.
Generalmente hablando, todos los cerros y cordilleras tienen en sus vertientes muchos montes con árboles altísimos y de tronco muy grueso. Y no se puede dudar que se hallarian, entre tanta variedad, maderas preciosas. Nosotros hallamos por casualidad el árbol de donde sacan la goma guta, ó gutagamba, que es una goma de color amarillo muy fino. El árbol alto, no muy grueso, la hoja semejante á la del laurel. Descúbriose este árbol dando algunas cortaduras por entretenimiento en la corteza de uno de esta especie. Luego salió por el corte la goma líquida, la cual pronto se cuaja en goma como se ve en las boticas.
Desde el Mboteteí, navegando rio arriba, se halla el árbol llamado Cachiguá, el cual tiene el tronco delgado, como de doce á trece pulgadas de diámetro. Su madera es colorada, de un color semejante al bermellon. Los portugueses de Cuyabá usan de esta madera para te?ir de colorado: dicen que la madera no pierde el color; y así es esquisita para escritorios y otras obras de labores.
De los árboles de la ca?afistula, ó casiafistula, se hallan montes en las cercanias de los Xarayes, y crecen mas altos y gruesos que los casta?os de Espa?a. La corteza del árbol es blanquecina, semejante á las de los nogales. El fruto son unas ca?as de palmo y medio, y algunas de dos palmos de largo. Tienen dentro granos grandes como las habas, y entre los granos cierta pulpa negra, que sirve para purga suave, y se vende en las boticas. El color de la ca?a, estando madura, es negro como el de la pulpa.
El árbol Taruma es cierta especie de olivo silvestre. Su tama?o el mismo que el de los olivos con poca diferencia, y aun la hoja no es muy diferente. La frutilla es como las aceitunas peque?as, y tiene su hueso como aceituna. Los paraguayos comen esta fruta, aunque me pareció bien desabrida. Seria bueno que probasen si de ella se podia sacar aceite: y tambien si prendian en los tarumas los injertos de olivo.
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§. IV.
Establecimientos de Cuyabá y Mattogroso.
La ciudad de Cuyabá, segun algunos mapas de portugueses, está en 14 grados y 20 minutos de latitud austral, y segun se infiere de la longitud en que se halló la boca del Xaurú, y la distancia en que está de Cuyabá, podemos poner á esta ciudad en 322 grados de longitud, contada del Fierro, con corta diferencia. Su situacion es en la banda oriental del rio llamado de Cuyabá, el cual hasta desembocar en el de los Porrudos, corre de norte á sur, y se navega hasta el puerto de Cuyabá, que dista de dos á tres leguas de la ciudad.
Por la parte del norte se estiende por muchas leguas la gran serranía, donde tienen su orígen los dos caudalosos rios Paraná y Paraguay. Y de la misma, por la parte del norte, bajan al Mara?on los rios Topayós, Xingu, el rio de Dos Bocas, el Tocantins y otros.
Por la parte del sur de Cuyabá se estienden por muchas leguas los anegadizos de Xarayes: de suerte que por esta parte no se puede entrar á la ciudad sino por el rio. Ni es posible que pueda pasar de otro modo gente de á pié, ni de á caballo. En tiempo de aguaceros se inunda casi todo el espacio de sesenta leguas de norte á sur, y casi lo mismo de oriente á poniente, que hay entre el rio de los Porrudos y las serranias de Cuyabá; y pueden en este
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